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Nos estamos hundiendo

Por: Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

Nos estamos hundiendo

Con las manos sosteniendo mi cabeza sobre la almohada, acostado en la cama, cuando regreso de mis recuerdos, inician las preguntas que no tienen respuesta que justifique la condición mía. Caigo entonces en un profundo letargo cargado de pesar, tristeza e impotencia. Son horas de prolongada espera a que se sucedan las rutinas que componen mi amarga existencia. Soy humano y tengo también desánimo y muchos errores al igual que todos.

A veces quisiera volver a ser el de antes. Cuanta molestia me causa ver la juventud apresurada, precoz y depravada de ahora. Las nuevas generaciones caen con más facilidad en la vorágine de la maldad, la soberbia, la arrogancia y la altanería que caracteriza al mundo de hoy. Cuanta pena me da la ola social de consumismo que estamos viviendo, yo diría, padeciendo. Ya no se pueden comprar cosas que realmente duren. Todavía tengo aparatos y objetos que dejó mi madre aún funcionando. Las cosas se hacían para siempre al cuidado de oficios olvidados que se extinguen. Ya no vemos por las calles o en locales maestros soldadores de ollas y cazuelas de peltre, dicen que es malo, y nosotros los de mi generación nos criamos comiendo deliciosos guisos que hacían nuestras madres en ellas y aquí seguimos dando lata. Ya no hay quien le arregle un paraguas, para qué, ni se usan. Ya no hay quien le arregle una máquina de escribir mecánica, ahora todo se hace en computadora. No le pueden cobrar sus compras cuando no hay sistema, tampoco puedes hacer operaciones bancarias cuando se va el sistema, dónde andará, porqué se fue, y la gente con prisa. Ahora el pollo tiene diferentes precios en el supermercado, si es hueso, si es maciza, si es pechuga, si es entero, y no le pueden cortar piezas de uno entero porque está marcado su precio con otro código. Los radiotécnicos ahora técnicos en electrónica sólo son cambia piezas, ya no le pueden reparar un aparato soldando algún circuito de una pieza porque vienen selladas, producto de la tecnología actual tendiente al consumismo. Tire no componga, es lo que nos dictan sus mezquinas estrategias. Con los técnicos de aparatos electrodomésticos es lo mismo, engranes de ventiladores son de plástico y ya ni los hay, no los venden, el embobinado de sus motores ahora son de aluminio, tiene que comprar la pieza entera que le cuesta casi igual que el ventilador, Lo mismo pasa con DVD´s, pantallas, teléfonos celulares, y una amplia gama de aparatos. Me pregunto con respuesta resuelta, adónde va toda esa basura, a su lugar; la contaminación que genera en basureros qué importa. Ahora todo se mueve con baterías de litio; celulares, computadoras, tablet, relojes, juguetes, controles de televisión, DVD´s, Xbox, Mini Split, climas, más todo lo que me faltó, que se va igual, a la basura. PET (Polietilentereftalato), aluminio, lata vidrio, cartón, papel, etc., pueden reciclarse, pero cuánto de este inmenso total se recicla en realidad.

¿Necesitamos realmente tocar fondo para darnos cuenta que nos estamos hundiendo en nuestra propia basura, para darnos cuenta que estamos contribuyendo con demasiada premura a la generación de contaminantes de la atmosfera con gases de efecto invernadero como el bióxido de carbono? El planeta, nuestra madre tierra nos lo está diciendo a gritos pero el hambre de dinero es más insaciable que el hambre natural de alimentos. Derretimiento de glaciales en los polos, extinción de numerosas especies animales y vegetales, deforestación de grandes extensiones de selvas tropicales. ¿Qué más falta?, ¿qué necesitamos ver para detenernos?, ¿qué buscamos con estas acciones? Darle en la madre a nuestra madre tierra. No tenemos otra casa, ¿adónde vamos? Ya ni al panteón con exequias fúnebres como creemos que merecemos. No la chinguemos. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

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