La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) ha emitido una advertencia sobre la posible llegada de una tormenta solar intensa a la Tierra el 30 de noviembre. La experta en clima espacial, Tamisha Skovs, destaca que, a pesar de que este fenómeno promete la espectacularidad de auroras en el cielo, también podría acarrear consecuencias significativas para nuestro planeta.
La tormenta solar proyectada causará perturbaciones en las señales de radio y GPS, lo que resultaría en interferencias menores durante el evento. Además, se instala a supervisar cerca de los satélites en órbita baja, ya que podrían experimentar alteraciones sutiles en su movimiento, velocidad y trayectoria debido a la tormenta solar.
Las tormentas geomagnéticas, conocidas como tormentas solares, se originan cuando el Sol emite partículas cargadas y radiación electromagnética que interactúan con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de nuestro planeta. Cuando estas partículas alcanzan la Tierra, su impacto puede repercutir en las redes eléctricas y las comunicaciones, al tiempo que generan auroras en distintas latitudes.
La escala utilizada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) para medir las consecuencias de las tormentas solares varía de G1 a G5. En este caso particular, se anticipa que la tormenta alcanzará al menos el nivel G3, lo que podría ocasionar fluctuaciones de energía, complicaciones en el control de la red eléctrica y la presencia de auroras visibles en latitudes inusuales. Se recomienda estar atentos a los desarrollos y precauciones necesarias para mitigar los posibles impactos de este evento espacial.