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Ricardo Ahued y la maraña llamada Xalapa.

Por Bernardo Bellizzia Guzmán

Opinión Ciudadana

Ricardo Ahued Bardahuil tiene algo así como 17 años de estar activo en la vida política, su primer encargo fue en el 2005 cuando por primera vez fue Alcalde de Xalapa, al día de hoy cumple su segunda ocasión como Presidente Municipal, lo que nos lleva a asegurar que cuenta con un enorme capital político que lo ha llevado al triunfo este par de veces, situación que no ha sido fácil si nos ponemos a pensar lo complejo que es convencer al electorado xalapeño, ya de por si reacio al tema de la política y todo lo que esto conlleva.

Sin embargo, en esta ocasión las circunstancias son mucho muy distintas que cuando se sentó por primera vez en la silla de Palacio Municipal, hoy tiene a una Xalapa envuelta en una serie de problemas complejos y difíciles de resolver, lo cual no quiere decir que sean imposibles de solucionar pero si se debe de aplicar la capacidad al máximo tanto de él como la de sus colaboradores, solo por poner unos ejemplos tenemos de entrada un nivel alto de desempleo dentro de todos los sectores y rangos de edades, a lo que por supuesto hay que buscarle solución con urgencia para evitar que se generen otros problemas derivados de este en particular; se cuenta con el problema del tráfico y todas sus consecuencias que tienen a los xalapeños de rodillas prácticamente, pero que además empeora porque los trazos de las calles no son las mejores y dejan poco margen de maniobra para ejecutar alguna medida que genere una mejor movilidad en la Ciudad, y las que se pueden ejecutar son sumamente costosas; la delincuencia ha hecho presencia entre todas las zonas de la capital, lo que nos lleva a voltear a que en este momento no se cuenta con elementos policiacos municipales suficientes que le permitan al Alcalde garantizar un mejor patrullaje y seguridad para los ciudadanos, de ahí que sea imperativo coordinarse con las fuerzas estatales o inclusive la guardia nacional a fin de buscar atenuar este problema lo que además se sabe que se está haciendo; la alta tasa de marginación y pobreza que existe en la capital del Estado para nadie es algo oculto, de hecho el CONEVAL en diferentes evaluaciones ha puesto a Xalapa como uno de los municipios más pobres de la República Mexicana, solo hay que darse una vuelta por las colonias más marginadas y podrán constatar lo que aquí se dice. Quizás alguien me podrá decir, si pero él sabía en lo que se metía y aun así acepto participar, es probable que tengan razón, sin embargo eso no quita lo complejo del encargo y lo complicado de sacarlo adelante.

Hoy lo que hace falta es la unión y colaboración de todos y de todas si es que queremos sacar al buey de la barranca, es decir a Xalapa, ante la enorme responsabilidad que se tiene al frente, se necesita de toda la capacidad, experiencia, cercanía con la gente, disposición, disponibilidad, transparencia, buen trato, humildad, pero sobre todo no distraerse en banalidades, egos personales, luchas internas, complejo de superioridad o querer destacar más que el otro para quedar bien con el Jefe, eso en estos momentos está prohibido y aquel que no lo entienda así deberá de irse, porque no quiere a Xalapa, ni tiene deseos de mejorarla, ni mucho menos de ayudar a Ricardo en su complejísima responsabilidad.

Se dé buena fuente porque además se lo he preguntado de manera personal al propio Alcalde xalapeño, sobre sus aspiraciones personales para el año 2024 y que desde hace tiempo lo involucran en la carrera para la sucesión gubernamental, y su respuesta siempre ha sido la misma, “En estos momentos, no se vale distraerse en ese tipo de cuestiones, hoy tengo una encomienda que me dieron los xalapeños y las xalapeñas, y se llama precisamente Xalapa, la tengo que sacar adelante, cuésteme lo que me cueste”, la claridad de las palabras y su experiencia hacen que tengamos a un personaje que sabe lo que se necesita para mejorar a la capital del Estado.

Así que de esa manera los problemas se van a ir resolviendo paulatinamente, como dice el dicho popular “Sin prisas, pero sin pausas”. Los 17 años de experiencia que tiene Ricardo en este arte de la política los deberá de poner en práctica rápidamente y saber que del resultado que pueda darle a sus gobernados, dependerá su futuro político en la inmediatez, porque hay que decir que lo tiene, aunque él diga que no está pensando en eso, el tiempo hablara solo. Hoy, por lo pronto su concentración y todas sus capacidades están enfocadas en darle solución y resolver la maraña llamada XALAPA. Veremos qué pasa. Correo electrónico: [email protected]