La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ha solicitado a las aerolíneas que operan la generación anterior del Boeing 737, específicamente el modelo 737-900ER, realizar inspecciones visuales en los tapones de las puertas y los pernos destinados a asegurar dichos tapones. Esta solicitud surge a raíz de problemas similares a los experimentados recientemente por un Boeing 737 Max 9, donde un tapón de la puerta se desprendió del avión.
Aunque el Boeing 737-900ER no pertenece a la flota Max más reciente, comparte el mismo diseño de tapón de puerta. La FAA emitió una alerta de seguridad para los operadores, destacando la importancia de inspeccionar los cuatro pernos que aseguran la puerta tan pronto como sea posible. Algunas aerolíneas han realizado inspecciones en aviones más antiguos y han identificado problemas con los pernos, aunque la FAA no proporcionó detalles específicos.
A pesar de esta alerta, la generación anterior de aviones no ha sido inmovilizada, ya que tiene un historial establecido. La recomendación es realizar inspecciones para garantizar la seguridad de las operaciones. United Airlines y Delta Airlines han confirmado que ya han comenzado las inspecciones en sus aviones Boeing 737-900ER sin anticipar interrupciones.
Boeing, enfrentando una nueva crisis, ha experimentado una caída del 14% en sus acciones desde el incidente del Boeing 737 Max 9. La empresa respalda la acción de la FAA y está colaborando para garantizar la seguridad de sus aviones. La situación continúa afectando las acciones de la compañía, que ya se encontraba lidiando con problemas de calidad y seguridad en años anteriores, resultando en la inmovilización y retraso en las entregas de algunas aeronaves.