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El fenómeno del cerebro de mamá: derribando el mito de la mamá perfecta

Ya sea que se trate del primer bebé o del último recién nacido en una familia, las mujeres se han quejado durante años del desempeño de sus funciones cerebrales al estar embarazadas.

Desde la pérdida de memoria a corto plazo hasta el olvido total, el embarazo parece afectar al cerebro de manera tan significativa como al sistema reproductivo.

¿Es real el “cerebro de mamá”?

“Las madres primerizas nos dicen todo el tiempo que tienen síntomas inusuales como desorientación frecuente, problemas para enfocarse y la concentración”, dice la Dra. Jessica Rohr, Directora de Salud de la Mujer del Hospital Houston Methodist. “Si bien el ‘cerebro de mamá’ puede no ser un diagnóstico oficial, sí es una afección muy real”.

Tampoco se limita a un período específico. Este patrón de cambios cognitivos del cerebro de mamá se puede experimentar durante el embarazo, el posparto, e incluso durante la crianza de los hijos.

La Dra. Rohr lo sabe muy bien. Tiene dos niños pequeños, el más pequeño nacido durante la pandemia de COVID-19, y ella misma ha experimentado síntomas similares. Encima de esto, las expectativas sociales con respecto al acto de ser madre, son demandantes, poco realistas y poco saludables. 

La “mamá perfecta”: el mayor mito de la maternidad.

Todavía parece que se espera que las madres además de dedicarse al cuidado de los hijos, también trabajen tiempo completo. 

El énfasis actual de la crianza intensiva alienta a las madres a manejar el 100% de las necesidades emocionales y físicas de su bebé, que es una expectativa desgastante y que está en conflicto directo con una vida equilibrada y en familia.

“Si a estas responsabilidades le añadimos la limpieza de la casa, las tareas domésticas, el trabajo, el mantenimiento de relaciones románticas con la pareja, además de la necesidad de verse bien físicamente, hace que la vida se vuelva abrumadora y poco saludable”, enfatiza la Dra. Rohr, Directora de Salud de la Mujer del Hospital Houston Methodist.

Las tareas superan en número el tiempo para completarlas; el cerebro está sobrecargado; y hasta el 75% de las madres primerizas están angustiadas, porque ya no son lo que solían ser y no entienden por qué.

¿Qué es el llamado cerebro de mamá?

“La investigación científica limitada y en su mayoría escrita por hombres sobre el tema no ayuda a nuestra comprensión sobre esta afección”, apunta la especialista en salud femenina. Es una de las razones por las que ella y su colega, la Dra. Elisabeth Netherton, Directora Médica Regional de MindPath Health, ofrecen pláticas sobre “La cognición y la transición a la maternidad”.

¿Por qué ocurre el cerebro de mamá?

Existen factores físicos reales que pueden causar o aumentar los síntomas del cerebro de mamá. Algunos pueden dar miedo:

• Un estudio de 2017 informó de una pérdida de materia gris en la región del cerebro de la cognición social relacionada con el embarazo y, a veces, que dura hasta seis años después del parto.

La Dra. Rohr, psicóloga clínica, advierte que esto no es tan malo como parece, sino más bien un tipo de “poda sináptica”. Los investigadores teorizan que esta es la forma en la que el cerebro afina las redes neuronales de una nueva madre para que sea más hábil para comprender las necesidades de su bebé.

En otras palabras, el cerebro de la nueva madre se está volviendo más eficiente en su papel de madre. Pero ciertamente puede que no se sienta así para las nuevas madres que intentan vivir su vida como lo hacían antes del embarazo.

La Dra. Rohr cita otros factores físicos que se cree que conducen al cerebro de mamá:

1. Cambios hormonales

El estrógeno protege y apoya el funcionamiento cognitivo, y disminuye precipitadamente después del nacimiento.

2. Trastornos del sueño

La fragmentación del sueño (despertarse varias veces a lo largo de la noche) y la reducción general de las horas de sueño conducen a déficits persistentes y profundos en la atención, la memoria, la impulsividad y el funcionamiento del sistema de recompensa, según un estudio publicado en Nature Reviews: Neuroscience.

La mayoría de las investigaciones sobre el sueño reflejan el impacto en la cognición después de una alteración aguda del sueño. Hay menos datos de laboratorio, si es que hay alguno, sobre el impacto cognitivo de los trastornos crónicos del sueño a largo plazo (como los que experimentan los padres).

3. Preocupaciones psiquiátricas

Los profesionales de la salud mental son cada vez más conscientes de los grandes porcentajes de madres primerizas que experimentan problemas psiquiátricos perinatales. Esto no es solo depresión posparto, sino que puede incluir ansiedad, trastorno de estrés postraumático y trastorno obsesivo compulsivo y, de hecho, puede comenzar durante el embarazo.

Algunos estudios recientes sugieren que 1 de cada 5 de estas mujeres recibirá un diagnóstico de salud mental, y muchas más están luchando, incluso si no cumplieran con todos los criterios para un trastorno psiquiátrico.

Las enfermedades psiquiátricas afectan significativamente el funcionamiento cognitivo en todas las áreas en las que las madres primerizas se quejan de cerebro de mamá.

En la clínica, la Dra. Rohr y sus colegas han visto un aumento en el número de madres primerizas que llegan preguntándose si tienen TDAH (trastorno de déficit de atención con hiperactividad) de nueva aparición, pero primeramente para ser diagnosticado con TDAH, los síntomas deben haber estado presentes desde la infancia.

“Creo que esto demuestra lo angustiosa que puede ser esta experiencia”, agrega la Dra. Rohr, Directora de Salud de la Mujer del Hospital Houston Methodist.
Cómo ayudar al cerebro de mamá
Ella recomienda tres consejos para ayudar a las madres primerizas que experimentan síntomas del cerebro de mamá.

La primera es aceptar los cambios celebrando el milagro del nacimiento y aprendiendo las habilidades necesarias para cuidar de una nueva vida. “Date un tiempo para ti”, recomienda la Dra. Rohr.

En segundo lugar, las madres primerizas deben priorizar su recuperación y permitir que sus cerebros descansen, lo que puede significar decir no para algunas cosas y también aceptar apoyo de sus parejas y otros miembros de la familia.

“Esto significa enfocarte en lo que es valioso para ti y eliminar las conductas y acciones que haces porque crees que lo debes hacer, y no porque en realidad le estén dando sentido a tu vida o a la de tu familia”, advierte la Dra. Rohr.
Por último, las madres primerizas deben permitirse ser vulnerables y conectarse con el apoyo social para superar los momentos difíciles del cerebro de la madre y disfrutar de sus hijos.

“Todas las mujeres que veo piensan que algo anda mal con ellas porque la gente no habla de esto lo suficiente”, explica la Dra. Rohr. “Con mejoras en el sueño, la regulación hormonal después de dejar de amamantar y el tratamiento de problemas mentales, el cerebro de mamá puede mejorar”.