‘The GOAT’ completó 21 de sus 29 intentos para 201 yardas y tres touchdowns a cambio de ninguna intercepción para comandar la victoria de 9-31 de los Bucs sobre Kansas City en el Raymond James Stadium, un duelo que se decidió en la primera mitad gracias al arrollador accionar de TB12 y su defensiva, aunado a desconcentraciones de su rival que terminaron por sumar a la causa del mejor jugador de todos los tiempos y su noche mágica.
La primera mitad se inclinó completamente hacia el lado local gracias a la depredadora versión de Brady activada. El multicampeón de 43 años se convirtió en el séptimo mariscal de campo en lanzar para tres touchdowns en una primera mitad de un Super Bowl y se unió a Joe Flacco —en la edición XLVII— como los últimos en los últimos 25 años en conseguirlo. Lo logró gracias a su prodigioso talento mezclado con pésimas decisiones de Andy Reid y rigurosos marcaciones de los réferis contra la defensiva de Kansas City.
Después de haberlo hecho anteriormente en la edición LII, Gronk se unió a a Jerry Rice —quien lo hiciera en los juegos XXIV y XXIX— como los únicos con múltiples recepciones de anotación en múltiples Super Bowls. El ala cerrada con seis y Rice con ocho son los únicos jugadores con más de cinco touchdowns aéreos en el Gran Juego. Con Mahomes eclipsado por Brady y sometido por la defensiva, Kansas City solo pudo hacerse presente en el marcador en la primera mitad a través de Butker, quien anotó dos goles de campo.
‘The GOAT’ completó 21 de sus 29 intentos para 201 yardas y tres touchdowns a cambio de ninguna intercepción para comandar la victoria de 9-31 de los Bucs sobre Kansas City en el Raymond James Stadium, un duelo que se decidió en la primera mitad gracias al arrollador accionar de TB12 y su defensiva, aunado a desconcentraciones de su rival que terminaron por sumar a la causa del mejor jugador de todos los tiempos y su noche mágica.
La primera mitad se inclinó completamente hacia el lado local gracias a la depredadora versión de Brady activada. El multicampeón de 43 años se convirtió en el séptimo mariscal de campo en lanzar para tres touchdowns en una primera mitad de un Super Bowl y se unió a Joe Flacco —en la edición XLVII— como los últimos en los últimos 25 años en conseguirlo. Lo logró gracias a su prodigioso talento mezclado con pésimas decisiones de Andy Reid y rigurosos marcaciones de los réferis contra la defensiva de Kansas City.
Después de haberlo hecho anteriormente en la edición LII, Gronk se unió a a Jerry Rice —quien lo hiciera en los juegos XXIV y XXIX— como los únicos con múltiples recepciones de anotación en múltiples Super Bowls. El ala cerrada con seis y Rice con ocho son los únicos jugadores con más de cinco touchdowns aéreos en el Gran Juego. Con Mahomes eclipsado por Brady y sometido por la defensiva, Kansas City solo pudo hacerse presente en el marcador en la primera mitad a través de Butker, quien anotó dos goles de campo.
Pero los daños no parecían ser tan devastadores hasta que Breeland fue castigado por cometer una interferencia con 18 segundos por jugarse en el segundo cuarto y dio una posición de privilegio a Brady, quien recibió otro regalo con un muy riguroso señalamiento de los jueces con una nueva interferencia interferencia, ahora dentro de las diagonales, por parte de Tyrann Mathieu, quien estalló furia y no ocultó su desaprobación. TB12 no desaprovechó y se conectó con Antonio Brown para redondear sus tres pases anotadores en la primera mitad.
La segunda mitad no fue distinta, Leonard Fournette se escapó 27 yardas para ampliar la ventaja de los Bucs y dejar la esperanza de los Chiefs por los suelos. Con su anotación se unió a Larry Fitzgerald en 2008 y Terrell Davis en 1997 como los únicos jugadores en anotar un touchdown en cuatro juegos en una sola postemporada. A partir de entonces, KC tiró el juego por la borda, no logró reponerse al golpeteo psicológico de su rival, lo que quedó reflejado en una intercepción de Winfield a Mahomes.
Kansas City intentó reaccionar, pero Devin White le interceptó a Mahomes en el ocaso para redondear un triunfo que pareció sencillo para Tampa Bay, pero no por eso menos histórico para Brady, la leyenda más grande que jamás se haya contado.