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El debate fallido y la percepción ciudadana

Por Alfredo Bielma Villanueva

Para ayer, XEU había organizado un debate entre los candidatos de las distintas siglas partidistas al gobierno veracruzano, pero fue suspendido porque ni Rocío Nahle ni Pepe Yunes hicieron presencia no sin antes disculparse, sí estuvo presente el candidato de Movimiento Ciudadano, Polo Deschamps, quien aprovechó para disparar un obús con dedicatoria a Pepe Yunes: “… se me hace terrible que para un puesto tan importante como es la gubernatura del estado de Veracruz no se tenga la seriedad por parte de los dos candidatos, uno inclusive en el caso de Pepe que ya había confirmado y por falta de valor, la verdad yo lo veo más como una cobardía, utiliza un evento en la Ciudad de México para no asistir sabe en el debate pasado que el que traía las propuestas distintas, el que los desenmascaró a los dos fui y yo y el miedo se ve y se palpa». De entrada, Deschamps revela una vez más su participación (hay quienes dicen de “esquirol”) muy marginal en esta contienda electoral, pues Movimiento Ciudadano, partido que lo postula históricamente no alcanza a levantar convocatoria en el electorado de esta entidad ¿quién de los otros candidatos se ocuparía de establecer un debate con él? y no por menosprecio sino porque Pepe Yunes como Rocío Nahle actúan en función de sus respectivas circunstancias. De cualquier manera, debe reconocerse a XEU su inalterable empeño en auspiciar debates entre candidatos a cargos de elección popular porque de esa manera contribuye eficazmente a la madurez democrática de Veracruz.

Pero, sobre cuáles son las circunstancias de uno y otra ya es posible advertirlas desde la perspectiva del proceso electoral en marcha: las de Rocío Nahle se han visto complicadas desde su primer evento de precampaña arrancando el año en Coatzacoalcos, cuando la oposición denunció la transmisión en vivo de su mitin por la radiodifusora del gobierno estatal; días después incurrió en el desliz de confundir la laguna de Catemaco con el Golfo de México, y para el arranque de su campaña el 31 de marzo adoptó la temeraria decisión de empezar en la ciudad de Veracruz, la tierra de los Ángeles Azules (los políticos panistas), y acudir a la Parroquia a una entrevista de prensa, con el patético resultado que las gráficas mostraron de manera muy elocuente. Lo que vino a continuación fue el descubrimiento del abultado patrimonio inmobiliario de la señora Nahle y familia, lo cual provocó la sorpresa presidencial quien dijo que un empresario podía tenerlo, pero un servidor público ¿cómo? Con esos antecedentes cualquiera entiende el por qué ella tiene asuntos por resolver en lugar de debatir con el señor Deschamps. En cuanto a las circunstancias de Pepe Yunes, obvio es reconocer que supo y pudo obtener la eventual unificación en torno suyo de tres partidos históricamente antagónicos (PRI-PAN, PRD), pero hoy por hoy están actuando en sinergia plena para llevarlo al triunfo electoral; también es manifiesto que es lógico deducir que comparativamente es más conocido que la señora Nahle por la ciudadanía de la entidad, porque mientras ella por vez primera intenta visitar los 212 municipios él los ha recorrido palmo a palmo durante más de 20 años. Por otro lado, ya se desvaneció el intento de crear en el imaginario colectivo veracruzano la idea de que la señora Nahle llevaba la delantera en el favor ciudadano y de esa manera desalentar el voto opositor porque, al margen de cualquier encuesta, la percepción ciudadana del veracruzano promedio señala hacia el paso arrollador del movimiento oposicionista encabezado por Pepe Yunes.