Columnistas

Cuitláhuac- Nahle ¿relaciones interrumpidas?

por: Alfredo Bielma Villanueva

Por consigna de su superioridad política o por contar con información privilegiada el gobernador Cuitláhuac García no se  equivocó en el respaldo a las candidaturas de su partido a la presidencia de la república y al gobierno veracruzano, nunca fue un secreto su abierta adhesión a los proyectos de Claudia Sheinbaum y de Rocío Nahle. En sus respectivas giras por Veracruz Ebrard y Adán Augusto se pudieron percatar del vacío que su propio partido les hacía a diferencia del entusiasta y muy acuerpado recibimiento ofrecido a Claudia Sheinbaum. Sergio Gutiérrez no solo encontró resistencia local a su precandidatura al gobierno estatal, sino que fue objeto de abucheos orquestados desde las filas de su propio partido, mientras a Rocío Nahle se brindaba especial atención, y en no pocas ocasiones el gobernador Cuitláhuac García y otros personajes de su gobierno la visitaron en su domicilio de Coatzacoalcos; el diputado Gómez Casarín divulgaba con fotografías esas visitas e incluso se promovía como virtual coordinador de la campaña de Nahle. Luego vino el simulacro de las encuestas para escoger candidatura, el affaire de Eric Cisneros a quien el cuento sobre el pueblo de raíz africana radicado en Veracruz no se hizo realidad y frustró su candidatura al senado. Por las exclusiones en las respectivas listas de aspirantes a legisladores, federal y local, podemos advertir de que en aquella estrecha relación no todo es miel sobre hojuelas. ¿Qué sucedió?

Fue muy notable la falta de voluntad o ausencia de control de Cuitláhuac García para contener los movimientos de su secretario de gobierno Eric Cisneros, quien en ese desempeño actuaba como un genuino poder tras del trono; también la forma en cómo el poder lo obnubiló al grado de operar sin atender las señales sobre una candidatura designada, con la absurda pretensión de convertirse en el abanderado de Morena pese a los mensajes originados desde el Centro del Poder, por su intemperancia está pagando las consecuencias. Es larga la lista de los excluidos para el senado y diputaciones, señaladamente porque entre los incluidos no aparecen cercanos al gobierno estatal en turno. ¿Por qué Rocío Nahle ha adoptado esa actitud de deslinde con quienes pueden acuerparla en esta campaña? ¿Será porque considera al gobierno estatal un lastre para su campaña? ¿Se siente sobrada para por sí sola ganar esta elección? En realidad, ignoramos lo que haya sucedido en esa relación de “compañeros de partido” de la cúpula del poder estatal, pero con el avance de su campaña electoral y sus continuos tropiezos, a estas alturas de la joven campaña se está revelando que la señora Nahle no estaba preparada para enfrentar este pugilato electoral, o no midió bien la estatura política de su oponente ni el escenario para competir por Veracruz. ¿Acudirá al respaldo del equipo local? dicho sea de paso en cuanto a experiencia política no es mucho lo que pudieran aportar, salvo recursos económicos quienes aún disfrutan de los mecanismos del poder estatal. Por otro lado, ya en el campo de batalla, a cielo abierto y sin red protectora, la señora Nahle está comprobando la diferencia que existe entre el cubículo de mando burocrático y la necesaria interlocución con un pueblo cuya idiosincrasia desconoce y lejos está de conocer el enorme mosaico étnico y cultural que es Veracruz. Aunque para eso ya no hay tiempo, el equipo de la candidata Rocío Nahle está obligado a improvisar acciones de campaña que eviten disturbios como el de Lerdo de Tejada, y además aportarle información precisa acerca del lugar de visita porque los sinsabores de campaña ya se están convirtiendo en una constante.