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Y ahora ¿qué sigue?

Por Pbro. José Manuel Suazo Reyes

El pasado 6 de junio de 2021 se llevaron a cabo las elecciones. Se eligieron
diputados federales y locales, así como los presidentes municipales. En algunos
estados hubo además elección de gobernador.
La jornada electoral se caracterizó por una buena participación, más del 51% de
los electores a nivel nacional acudimos a las casillas para elegir a nuestras
autoridades y legisladores. El pueblo salió a votar y expresó su voluntad
mediante el sufragio. A pesar de la violencia electoral, la persecución política y
algunos vicios muy arraigados en los días cercanos a las elecciones, se vivió una
jornada electoral participada. Se va disminuyendo el abstencionismo.
Expresamos nuestro reconocimiento a los diferentes actores en los recientes
comicios: a las autoridades electorales, a todas las personas que estuvieron en
las casillas, a los candidatos, a los partidos políticos y coaliciones, pero sobre
todo a los ciudadanos por su participación en la jornada electoral.
Observamos con beneplácito que el proceso electoral despertó una gran
participación ciudadana; la gente se mostró más interesada que otras ocasiones,
esto es un buen signo de nuestra democracia. Quienes fuimos a votar creemos
en el valor y la responsabilidad del voto y confiamos que se respetará la voluntad
popular. Las elecciones se ganan con votos y en las urnas.
Hemos insistido además que la participación ciudadana no termina el día de las
votaciones, ahora entramos a otra nueva etapa de colaboración, observación y
exigencia.
Esperamos que no se defraude a nadie, deseamos que quienes han sido
favorecidos por las mayorías de los votos, respondan con eficiencia, creatividad,
responsabilidad y honradez a esta gran responsabilidad.
El tiempo de las campañas ya ha quedado atrás, ahora llega el tiempo de la
responsabilidad, trabajando juntos autoridades y ciudadanos para sacar adelante
a nuestra sociedad. Reconocemos que somos una sociedad plural y que desde
la diversidad de pensamientos debemos trabajar por la unidad, mirando por el
bien común. Reconociendo las diferentes aportaciones que cada persona hace
desde su realidad.
Quienes caminaron por las calles, pudieron constatar las necesidades más
apremiantes de la gente. Ojalá esa fotografía no se borre de la mente. Existe una
pobreza galopante, urge reactivar la economía; se necesitan muchos servicios
básicos como la salud y la educación. Se necesita cultivar la cultura de la
legalidad. El tejido social está lastimado y es necesario reconstruirlo.
Toca ahora integrar los mejores equipos para dar el 100% en el servicio público.
No hay tiempo para improvisar o ensayarse, ni para echar culpas al pasado, se
requiere competencia y no caer en abusos de autoridad.
Será muy importante que gobierno y sociedad caminen de la mano para llevar a
cabo esta misión. Este es el rasgo de la nueva gobernanza. La etapa de la
contienda y las promesas ha terminado, ahora todos debemos involucrarnos en
la construcción de una mejor sociedad.
Como comunidad cristiana tenemos esperanza de que es posible construir el
México que anhelamos desde el respeto por los derechos humanos, cuidando
nuestra identidad y nuestros valores, fortaleciendo nuestras instituciones y
protegiendo nuestras libertades. Se requiere reactivar la economía, generar
inversiones, apostarle a la educación, cuidar el orden y la seguridad y generar
mejores condiciones de vida para todos.
Desde nuestra identidad y naturaleza cristiana seguiremos promoviendo y
fomentando una cultura de la participación ciudadana para que entre todos
busquemos la consolidación del bien común.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa