Científicos de la Universidad Central de Lancashire en Inglaterra han realizado un asombroso hallazgo en el espacio: una gigantesca estructura en forma de anillo denominada el “Gran Anillo”. Esta formación, compuesta por galaxias y cúmulos de galaxias, desafía las expectativas astronómicas y plantea interrogantes sobre nuestro conocimiento del universo. Con un diámetro de 1.300.000.000 de años luz, aproximadamente 15 veces el tamaño aparente de la Luna desde la Tierra, su magnitud cuestiona la aplicación del principio cósmico, el cual establece que la materia debería distribuirse uniformemente en el universo.
A pesar de la lejanía de esta estructura y la dificultad para identificar todas las galaxias involucradas, su descubrimiento desafía la concepción cosmológica existente. Según este principio, no deberían existir estructuras de esta magnitud, pero el Gran Anillo no es la primera excepción a esta regla. Este fenómeno refuerza la necesidad de explorar factores aún desconocidos en el universo.
La estudiante de doctorado Alexia López, responsable del descubrimiento del Gran Anillo y del Gran Arco, otro fenómeno que abarca 3.300.000.000 de años luz, expresó su asombro ante estos hallazgos fortuitos. Ambas estructuras, aparentemente cercanas en la constelación Bootes, plantean un misterio científico sin precedentes.
Expertos en astronomía, como el profesor Don Pollacco de la Universidad de Warkwick, sugieren que estas estructuras podrían ser reliquias del universo temprano, donde ondas de material de alta y baja densidad se han “congelado” en un entorno extragaláctico. Aunque existen otras estructuras masivas en el universo, como la Gran Muralla Sloan, el muro del Polo Sur y la Gran Muralla de Hércules-Corona Boreal, el Gran Anillo y el Gran Arco plantean un enigma único que desafía nuestras comprensiones actuales del cosmos. Estos descubrimientos fueron presentados en la reunión de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos en Nueva Orleans.