Desde su conferencia matutina de este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que fue un «ajusticiamiento», es decir, ajuste de cuentas, la muerte de Salvador Villalba Flores, alcalde electo de Copala, Guerrero.
«Muy lamentable, fue un ajusticiamiento, fueron directo a él. Fue un camión de pasaje pero bajaron a los pasajeros para hacer creer de que era un robo y no, alguien vio en el teléfono la foto para identificarlo y lo asesinaron cobardemente», aclaró.
El mandatario mexicano apuntó que las autoridades siguen en las investigaciones para dar con los responsables de este asesinato del exmarino.
«Ya estamos trabajando en la investigación, es un asunto local, hay acusaciones anteriores. Tenía él protección aunque no lo había solicitado, se decidió en la comandancia militar de Acapulco que se le diera protección, pero antes de salir pidió que no lo acompañaran», argumentó.
El político, del partido local México Avanza, quien era capitán retirado de la Marina, viajaba en un autobús a las 2:48 h local por la carretera federal Acapulco-Pinotepa Nacional cuando ocurrió el ataque, que también dejó una mujer herida, según los primeros reportes de las autoridades locales.
El conductor paró en el poblado de San Pedro Las Playas, la zona rural del puerto, donde hombres armados bajaron al funcionario electo.
Autoridades municipales de Copala reportaron que el alcalde electo contaba con resguardo de la Guardia Nacional por amenazas de grupos criminales y la inseguridad en el municipio.