Columnistas

No todo es color de rosa

Por Ángel Álvaro Peña

ALMA GRANDE

El color rosa fue utilizado para pintar su raya con los colores de los partidos. A pesar de que quienes convocaron los mismos personajes que en concentraciones pasadas en defensa del INE y de la democracia, y de que plagiaban el color institucional del INE, el organizador Claudio X. González, terminó por darles la espalda a los actuales candidatos.

Todavía este domingo 19 de mayo pudo advertirse quién daba las instrucciones era todavía Claudio X. González, quien al ver la presencia de banderas en favor de Xóchitl y contra el presidente, no cambiaron la intención de la marcha; al contrario, la disminuyeron. Según cifras del gobierno de la Ciudad de México asistieron aproximadamente 95 mil personas, que, comparados con los eventos anteriores disminuyó considerablemente, a menos de la mitad y a dos semanas de la jornada electoral.

Ante este panorama, la idea de que dichas marchas estaban conformadas por “Ciudadanos independientes” se vino abajo, pero no las esperanzas de Claudio X. González de tener su propio partido político, sin Alito, Marko ni Zambrano, que pueda impulsarlo desde cero al triunfo electoral a él o a cualquiera que piense similar. En ese contexto, se habló de un nuevo “agente” político en México, e decir una nueva alternativa que anda tenga que ver con los colores rojo, azul, amarillo o anaranjado, simplemente porque no combinan con el éxito electoral.

De ahí que se hable ahora del Partido Rosa, donde hay quienes aseguran estarán en los liderazgos más importantes Enrique de la Madrid y Luis Donaldo Colosio, que cargan en su pasado la sombra de sus padres, para bien o para mal.

El hecho es que algunos políticos aceleran el paso para despojarse de las sombras de esos colores y colocarse como lo manda el futuro de la oposición en el camino rosa. No es un proyecto nuevo pero es una alternativa que en este momento se convierte en el salvavidas de muchos políticos que a punto de naufragar en el mar de la corrupción, que puede comprobarse, y adoptan como una tabla de salvación.

Ya se habían adelantado algunos conservadores creando el Grupo Plural en el Senado. Ahí están viejos panistas que consideraron que lo mejor para ellos era separarse de los partidos y autodenominarse representantes ciudadanos, mientras más lejos de sus colores, mejor.

Ahora la intención del voto de la alianza conservadora no arroja números alentadores, y los partidos que el pasado los mancha, no ataren a la población.

La consigna de convocar a las calles a la población a la ciudadanía libre de partido, desde noviembre de 2022, se le quiso endilgar el adjetivo de sociedad civil. Ésta no sólo convocaba sino que protagonizaba las concentraciones. Lo que echó a perder la identidad ciudadana fueron los oradores. Primero, un José Woldenberg, exaltado, colocando al actual régimen al borde del colapso, en el siguiente evento, el orador fue nada menos que Lorenzo Córdova, y en el tercer intento por convencer al mundo de que el sistema de partidos se ciudadanizaba en México, aparecen dos candidatos de filiación panista, para los principales cargos de elección popular del país. Así como trataron de convencer que el entonces IFE se volvía una instancia de la población, condición que todavía no logran porque el árbitro electoral parece seguir vendido.

La marea rosa se convertirá en Partido Rosa, y las desbandas para días antes de la jornada electoral se mostrarán en forma denigrante porque quienes no acostumbran respetarse a sí mismos. Así, habrá una descomposición en los partidos de oposición, cuya salida de sus partidos será una pasarela de traidores con urgencia por fuero, que quieren vivir del presupuesto, alcanzar la impunidad, evitar la cárcel, ente otros atributos que identificaban, hace tiempo, a algunos políticos.

Líderes y militantes de los cuatro partidos de oposición anuncian la muerte de sus organismos políticos y aseguran que el destino de México es rosa. El patrocinador es el mismo, los políticos también, las consigas lo mismo, la falta de ideas es normal en ellos.

La marea rosa ya no puede esconder su identidad, la desnudaron los oradores que mostraron al enemigo a vencer claramente. Inconformidad, equilibrio, contrapeso u oposición, el hecho es que la congruencia de los discursos fue hilvanando una nueva alternativa partidista que será opositora y conservadora. Queríamos una oposición más sólida, más preparada, pero el rosa parece ser un color que despojará hasta al INE de su identidad y la hará cambiar de piel.

PEGA Y CORRE.- A una semana de las elecciones algunos debates públicos parecen anunciar a los ganadores desde ahora…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.