Columnistas

El pandemónium de nuestros días

Por Alfredo Bielma Villanueva

El México de nuestros días guarda cierta semejanza al caso del “Paraíso Perdido” pues, en verdad, todavía en la alborada de este siglo era inimaginable el escenario que cabalga frente a nosotros instituyéndose como una “normalidad” cotidiana sin que atinemos a categorizarla como una aberración del averno. Degollados, descuartizados, calcinados, embolsados, cadáveres colgados en puentes peatonales, asesinatos masivos transmitidos casi “en vivo y en directo”, autoridades que no alcanzan a enfrentar con eficiencia la ola criminal, una delincuencia cuyo poderío pone en jaque al poder del Estado, es decir, un genuino pandemónium.

Adjunto a ese sangriento acontecer transcurre un proceso político adelantado al margen del marco normativo vigente, superando con la fuerza de una indiscutible realidad la reacción del árbitro (INE), capacitado legalmente para evitarlo pero ya superado por la fuerza de las circunstancias. Y porque es un hecho consumado, se encubre con sofismas envueltos en vericuetos legales; así lo inició Morena y el Frente opositor obligado por ese entorno se vio en la necesidad de actuar en consecuencia. Y ya estamos en la Ruta Crítica del proceso, ya podremos observar cómo superan en Morena el ruido introducido por Ebrard al percatarse de movimientos “sospechosistas” en el levantamiento de las encuestas. En el Frente Opositor no escapan a la incertidumbre del desenlace de su proceso, porque los grupos de Beatriz y de Xóchitl otean un escenario propicio para competirle de tú a tú a Morena. En quince días ya habrá candidaturas.

Mientras, acá en la aldea también se cuecen las habas. El caso montado para detener a Arturo Hervis trae mucha jiribilla porque se hizo uso de la puerta giratoria para entrar y salir del reclusorio en unas horas. Sin duda, es de calidad profesional del defensor jurídico, el abogado Mundo Arriasa, pero en casos como este se antoja difícil creer que el asunto se circunscriba al ámbito de las leyes ¿gato encerrado? No sería extraño, pero lo podremos ir descifrando cuando lleguen por Cabada y Los Tuxtlas los tiempos electorales. Empata ese asunto con el incidente en que se vio involucrado la “corcholata” Verde, Manuel Velasco, al ser eventualmente interferido por la policía estatal ¿cuál fue el motivo real de ese trance? Se habla de una posible candidatura al senado propuesta por el Verde a favor de Javier Herrera Borunda, en política las coincidencias son reveladoras. Porque, por otro lado, Manuel Huerta ya inició su precampaña, así lo indica la difusión casa por casa de un folleto propagandístico donde es el protagonista principal. Nadie ignora que este personaje es el Delegado del gobierno federal en Veracruz, que maneja recursos y programas sociales (que ya conocemos por sus efectos clientelares), que desde hace cinco años recorre el territorio estatal con notable sigilo y si ahora se “destapa” significa que tiene la autorización de su jefe, ignoramos si será o no el candidato de Morena al gobierno estatal, pero si en su caso no escuchamos la advertencia mañanera de que si quiere ser candidato que renuncie, entonces doña Rocío Nahle y Sergio Gutiérrez deberán pisar el acelerador. Es el pandemónium, y los demonios andan sueltos.