Las autoridades policiales australianas anunciaron el martes que llevaron a cabo una operación exitosa para rescatar a trece niños que eran víctimas de una red de pederastas. Además, se presentaron cargos contra 19 hombres por diversos delitos relacionados con la producción y distribución de material de abuso sexual infantil.
El operativo, conocido como “Operación Bakis”, abarcó diferentes puntos de Australia y logró el rescate de trece niños. Según la Policía Federal Australiana, algunos de estos niños habían sido víctimas directas de abuso por parte de los pederastas, mientras que otros fueron retirados de situaciones potencialmente peligrosas como medida de precaución.
La Policía no brindó detalles sobre las edades de las víctimas ni sobre su estado actual.
De los 19 acusados, cuyas edades oscilan entre los 32 y los 81 años, las autoridades destacaron que muchos tienen un alto nivel de conocimiento en informática. Algunos de estos individuos incluso han sido señalados por producir y compartir material de abuso sexual infantil de manera anónima y encriptada en la denominada “internet profunda”.
El operativo “Operación Bakis” se inició en febrero de 2021 tras el asesinato de dos agentes del FBI estadounidense mientras intentaban llevar a cabo un registro en busca de material de abuso sexual infantil en Florida, Estados Unidos. A partir de este incidente, las autoridades establecieron conexiones entre la red virtual de pederastas y el informático David Lee Huber, quien había formado parte de la red y perpetró el homicidio de los agentes antes de morir él mismo.
Tras identificar la relación entre Huber y la red de pederastas, las autoridades estadounidenses alertaron a las autoridades australianas sobre la posibilidad de que se compartiera material de abuso sexual infantil desde Australia en la “internet profunda”. Esto culminó en los 19 arrestos y el rescate de los 13 menores.
En respuesta a esta operación conjunta, la comandante de la AFP, Helen Schneider, destacó que la cooperación entre las fuerzas del orden permitió llevar a los presuntos delincuentes ante la justicia y subrayó que aquellos que utilizan la encriptación y la “internet profunda” presentan un desafío para la seguridad, pero pueden ser enfrentados mediante el trabajo colaborativo.