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Por qué no votó el Presidente?

Por Arturo Reyes Isidoro

Prosa aprisa

“No, pues yo no estoy metido en eso. Yo voy ahora a la sierra… vamos a la sierra de Nayarit”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando los reporteros le pidieron un balance sobre la consulta de ayer.

¡¿Cómo kimosabi, si usted, contraviniendo al INE, la estuvo promoviendo, una y otra y otra vez en su mañanera?! ¡Sí fue una idea suya, una propuesta suya, aunque la pregunta original se la modificó la Suprema Corte de Justicia de la Nación y aun así se encaprichó en seguir adelante!

Ante el rotundo fracaso, ayer mismo empezaron las justificaciones. El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el representante de Morena ante el INE, Sergio Gutiérrez, culparon al Instituto Nacional Electoral.

Hasta la señora Beatriz Gutiérrez Müller se quejó en su cuenta de las redes sociales. “Gracias, INE México por no permitirme votar en una mesa receptora especial para ciudadanos en tránsito, gracias, gracias”.

El consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova,  le reviró a la esposa del presidente: “Siempre he sido muy respetuoso de la señora Gutiérrez Müller, a lo mejor no está informada, su domicilio y el del señor presidente se actualizó hace unos meses, a lo mejor está mal informada, en la casilla que le toca hay una papeleta esperándola hasta las 6 de la tarde”.

Se instaló el 99.98% de las mesas receptoras en todo el país, o sea, 57 mil 14, salvo 7 que no se pudieron instalar, dos de ellas en Xalapa. La mesa, pues, estuvo tendida, pero no llegaron los invitados.

Fue un capricho y un sinsentido la consulta, el propósito que la animaba (el original, antes de que la SCJN modificara la pregunta) de si se debe enjuiciar a los expresidentes, porque la aplicación de la ley y el castigo de los delitos no están a consulta, simple y sencillamente se aplican si hay elementos para llevarlos ante un tribunal, porque además no tienen fuero, y la Fiscalía tiene toda la facultad para hacerlo. Ante el fracaso de la consulta ayer ahora los expresidentes han quedado impunes y López Obrador ya se lavó las manos en Nayarit y seguramente lo hará este lunes en su mañanera.

Hubo baja participación, casillas desiertas y urnas vacías. Se tiraron a la basura 528 millones de pesos (25 millones de dólares), que eso fue lo que costó la consulta, cuando hay tantas necesidades en el país, como la falta de medicamentos para niños con cáncer.

¿Por qué no votó el presidente López Obrador cuando había declarado que era una “obligación moral” hacerlo? Tal vez porque de pronto se dio cuenta que en tres años y meses él será también expresidente y que cuando concluya su sexenio el número de asesinados y desaparecidos será el más alto en la historia, aparte los miles de muertos por Covid-19 por una mala estrategia de su gobierno, por lo que también tendrá que rendir cuentas, con el riesgo de que su sucesor no someta a consulta si lo juzgan o no y decida aplicarle la ley a secas y llevarlo antes los tribunales.

De los 93 millones 597mil 559 personas registradas en el padrón electoral del INE, tenían que haber votado 37 millones 439 mil 23 mexicanos, el 40%, lo que no ocurrió, votaron solo 6.5 millones de ciudadanos, por lo que la consulta resultó no vinculante, esto es, no se podrán llevar a cabo las acciones legales encaminadas al enjuiciamiento de los expresidentes.

¿En dónde está el liderazgo de Ramírez Zepeta?

¿A quién responsabilizar en Veracruz del fracaso? Si se quiere salvar al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, responsable político del estado, entonces habría que voltear a ver al autonombrado presidente estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta.

Él debió haber encabezado la ofensiva de la militancia de su partido para lograr una votación histórica. Se supone que es el líder y que a un llamado suyo el ejército guinda se pone en pie de lucha. ¿Dónde quedó el liderazgo de los diputados federales y locales, de los dirigentes municipales de Morena?

La consulta confirma: el 6 de junio votaron por los programas sociales

¿Por qué el 6 de junio sí salió a votar el electorado y ayer no? Quedó muy claro: no es porque los mexicanos se mueran por su lealtad a Morena, lo hicieron entonces porque les estuvieron diciendo que si no votaban por el partido de AMLO iban a perder los beneficios de los programas sociales, o sea, lo hicieron por un interés muy concreto.

El presidente debe tener ahora muy claro que si no mantiene los programas sociales y su beneficio, los mexicanos se mostrarán indiferentes hacia su persona y su gobierno; se trata, pues, de un amor interesado, comprado.

Ayer, hasta la militancia de su partido lo dejó solo. Ya sabe ahora muy bien qué le espera en 2024 si no sigue repartiendo dinero.

AMLO se flexibilizó: no es obligatorio el regreso a las aulas, dice

En gira de trabajo por el puerto de Veracruz, el 24 del mes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que lloviera, tronara o relampagueara el regreso a clases sería a finales de este mes, para iniciar un nuevo ciclo escolar.

Seis días después, el 30 del mismo mes, en Culiacán cambió de opinión. Dijo que si los padres no quieren que sus hijos regresen a la escuela, que no los manden.

“Vamos a ser respetuosos, nada se puede hacer por la fuerza, se abren las escuelas, se regresa a clases. No quieren que vayan sus hijos a la escuela, pues no los manden, son libres, pero no dará marcha atrás en su decisión de regresar a las clases”.

Insistió en que el regreso a clases presenciales no es obligatorio, es voluntario, pero sí se necesita porque “tenemos que reponer lo perdido”.

Es de las pocas veces que AMLO ha flexibilizado su postura. Se diría que esta vez escuchó la preocupación de los padres por la suerte y la salud de sus hijos, sobre todo cuando la tercera ola de Covid-19 está al máximo y causa estragos entre vacunados y no.

Que diga que no se dará marcha atrás en el inicio de clases es entendible. Es una decisión tomada como parte de su política de gobierno educativa. Pero dejó la decisión final a criterio de los padres. Me parece bien.

Es posible que algunos padres sí envíen a sus hijos a las aulas, pero me atrevo a pensar que la mayoría no lo hará. Unos y otros están en todo su derecho. El riesgo de contagio de Covid-19 es real, no es un invento de los opositores del presidente ni de la prensa crítica.

Ningún padre se perdonaría si por complacer al presidente o al gobernador envía a sus hijos a la escuela y por desgracia se contagian y viven horas de angustia si no es que incluso consecuencias fatales.

Qué bueno que privó el entendimiento en López Obrador. Estoy seguro que ningún padre en su sano juicio quiere que sus hijos se retrasen en sus estudios, pero por ahora las condiciones no ofrecen ninguna seguridad.

Manuel Huerta, en sintonía, en la misma frecuencia, en el mismo canal

Se ve que el delegado de los programas de Bienestar en el estado, Manuel Huerta, conoce bien al presidente, como que ha trabajado con él muchos años.

Después de aquel llueve, truene o relampaguee y antes de que AMLO rectificara, el 28 de julio el funcionario federal dijo que enviar a hijos a escuela debía ser “un acto de voluntad”.

Sensato, se pronunció por romper el confinamiento, pero dijo que de manera responsable para que los estudiantes regresen a las aulas.

Fue muy claro: la decisión de enviar o no a los hijos a las escuelas será de los padres, “siempre hemos dicho que será un acto de voluntad, se va a abrir la oportunidad y podrán optar”. El presidente lo confirmó después en Culiacán.

Regresa el presidente

El delegado federal Manuel Huerta informó que el presidente López Obrador regresará al estado este mes. Viene ahora para presidir el acto conmemorativo de los Tratados de Córdoba, el 24 de agosto.