Chile decidió este domingo en un histórico plebiscito surgido en respuesta a las protestas sociales de hace un año redactar una nueva Constitución y enterrar su actual Ley Fundamental, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y vista como el germen de las desigualdades que originaron las revueltas.
Los chilenos votaron abrumadoramente a favor del “Apruebo” (más del 78 % de los votos), la opción que abre un proceso constituyente, y eligieron que este sea absolutamente ciudadano, encargando la redacción de la nueva Carta Magna a una convención constitucional (79 % de los votos) que estará compuesta por 155 personas elegidas por votación popular solo para ese fin.
La opción del “Rechazo”, que abogaba hacer reformas a partir de nuevas leyes pero no cambiar el marco constitucional que, en su opinión, permitió el crecimiento de Chile en los últimos 30 años, obtuvo casi un 22 % de los votos, mientras que la opción de que la nueva Ley Fundamental sea redactada por una convención mixta integrada a partes iguales por ciudadanos y parlamentarios consiguió cerca del 21 % de las papeletas.
Más de 14.7 millones de chilenos fueron llamados a acudir a las urnas en una votación que se celebró en plena pandemia del nuevo coronavirus y colmada de restricciones sanitarias y protocolos para evitar posibles rebrotes.
Pese a ello, la participación superó el 50 %, el mejor porcentaje desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012.
LA CIUDADANÍA, LA GRAN PROTAGONISTA
El resultado pone a la ciudadanía en el centro de un proceso único que comenzó con la toma de las calles a partir del 18 de octubre de 2019 con masivas manifestaciones -autoconvocadas, sin líderes y al margen de los partidos políticos- para reclamar un modelo socioeconómico más justo.
La rebelión ciudadana motivó a la clase política a tratar de canalizar el descontento mediante en un plebiscito, en el que hoy los chilenos decidieron que cambiarán la Constitución y que serán ellos quienes conformen, de forma paritaria, la convención que elaborará el nuevo marco legislativo y de convivencia del país.
Esta elección de constituyentes se llevará a cabo el 11 de abril de 2021 y la mitad de sus integrantes serán mujeres y la otra mitad hombres. Además, está por debatirse si habrá escaños reservados para los pueblos indígenas en la convención.
“Hoy ha triunfado la ciudadanía y la democracia. Hoy ha prevalecido la unidad sobre la división y la paz sobre la violencia. Y esto es un triunfo de todos los chilenos que amamos la democracia, la unidad y la paz. Y sin duda, este triunfo de la democracia nos debe llenar de alegría y esperanza”, dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, sobre el resultado del plebiscito.
El presidente no se pronunció públicamente sobre el sentido de su voto y se limitó a alentar la participación, al tiempo que pidió a su gabinete no participar en actos públicos en apoyo a ninguna de las opciones.
La oposición de izquierdas se mostró partidaria del cambio en todo momento mientras que los cuatro partidos de derechas que integran la coalición gubernamental se mostraron divididos, entre los que defendían a ultranza el cambio constitucional y quienes apoyaban elaborar un nuevo Texto Fundamental.
El excanciller de Chile y presidente del opositor Partido por la Democracia (PPD), Heraldo Muñoz, dijo que el resultado alberga “mucha esperanza” y que es “un mandato de la ciudadanía a la política, y una oportunidad de recuperar la confianza perdida”.
La senadora Jacqueline Van Rysselberghe, de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que defendió el “Rechazo”, celebró que el proceso se desarrollase en paz y dijo que trabajarán para que el cambio constitucional no parta de cero.
EL FIN DE UNA ERA
La Constitución de Pinochet fue reformada multitud de veces durante los últimos 30 años de democracia, quedando despojada de sus enclaves autoritarios y antidemocráticas, pero siguió siendo el sostén del modelo neoliberal chileno e impedía grandes reformas estructurales como las claman los ciudadanos en salud, educación y pensiones, entre otras.
La nueva Carta Magna nacerá en democracia y acabará definitivamente con uno de los últimos reductos de la era Pinochet, mientras que el cambio de modelo socioeconómico dependerá de los consensos que los constituyentes alcancen.
Las disposiciones del nuevo texto deberán ser aprobadas por dos tercios de los constituyentes, lo que va a derivar en grandes acuerdos y obligará a dejar de lado las posturas más radicales.
El nuevo texto queda legitimado en origen por la elección de este domingo y volverá a ser sometido a referéndum, con voto obligatorio, una vez que se haya acabado de redactar, un proceso que llevará casi dos años a partir de esta jornada.
“Este plebiscito no es el fin, es el comienzo de un camino, que juntos deberemos recorrer para acordar una nueva Constitución para Chile. Hasta ahora la Constitución nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva Constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad y de futuro”, expresó Piñera.
La alta diferencia entre los resultados de las dos opciones suponen un amplio respaldo para el tiempo que queda por delante hasta que la nueva Ley Fundamental esté redactada, en el que está por ver qué presión ejercerá la calle, en un contexto de pandemia y con un 2021 por delante en el que habrá hasta tres procesos electorales entre comicios regionales y nacionales.
El anuncio de este plebiscito el 15 noviembre de 2019, acordado entre casi todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, aspiraba a lograr la paz social tras varias semanas de protestas, que además de manifestaciones pacíficas dieron lugar también a eventos de extrema violencia, con incendios, saqueos, destrucción de mobiliario, al menos 30 muertos y miles de heridos.
En la palestra quedaron también las fuerzas de seguridad, sobre las que recaen miles de denuncias por represión y violación de derechos humanos en su actuar al contener las protestas
ASI SE VIVIÓ EL PLEBISCITO
Una mujer que acudió a votar en una camilla, el mensaje de aliento de Roger Waters, abuelos con trajes sanitarios, el mayor centro de torturas de la dictadura convertido en la fiesta de la democracia y dos víctimas simbólicas de la violencia policial pidiendo “justicia”.
Estas son algunas de las estampas que deja para el recuerdo el histórico plebiscito sobre una nueva Constitución celebrado este domingo en Chile y concebido como salida a la grave ola de protestas iniciadas en 2019.
MANIFESTANTES TOMAN LA PLAZA ITALIA
Centenares de manifestantes se tomaron este domingo la Plaza Italia, en Santiago, cuando queda menos de una hora para que cierren los colegios electorales y empiece el conteo de papeletas del histórico plebiscito sobre una nueva Constitución.
Con cacerolazos y banderas, una masa de personas desafió el gran cerco policial y lanzó consignas contra el Gobierno, al tiempo que coreó los míticos “Chile despertó” y “El pueblo unido jamás será vencido”, convertidos en lemas de la grave ola de protestas que estalló en 2019.
VOTAR EN CAMILLA
En una camilla de hospital porteada por varias personas llegó a las urnas Corina Concha, en la sureña ciudad de Temuco, una imagen que emocionó a un país que este domingo decide si quiere redactar una nueva Constitución o conservar la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Si yo puedo, con más razón pueden las personas que son capaces de caminar. No hay excusas”, señaló Concha, que padece artritis reumatoide severa.
La imposibilidad de votar por correo o por adelantado impidió a muchas personas con restricciones de movimiento acudir a las urnas. En el referéndum, el más importante en tres décadas de democracia, solo se pudo sufragar de forma presencial en alguno de los 2 mil 700 locales nacionales o en los consulados habilitados en el extranjero.
ABUELOS CON EPIS, ANDADORES y OXÍGENO
El plebiscito se celebra en plena pandemia, que deja más de medio millón de infectados y cerca de 14 mil fallecidos desde marzo. Las autoridades establecieron protocolos sanitarios y habilitaron un horario especial para los adultos mayores.
Las imágenes de octogenarios andando con ayuda de un andador, portando bombonas de oxígeno o vistiendo trajes EPI de protección individual se viralizaron por las redes sociales, donde usuarios aplaudieron su esfuerzo por participar, pese al riego de contagiarse de covid-19.
LARGAS FILAS EN CHILE Y EN EL EXTRANJERO
Desde temprana horas, se registraron largas filas que ocupaban varias manzanas en algunos de los barrios más céntrico de Santiago y en otras ciudades del país.
Según los expertos, las filas se produjeron porque la participación podría haber sido la más alta desde que Chile estableció el voto voluntario en 2012, pero también porque las medidas sanitarias ralentizan el sufragio.
Las aglomeraciones se vieron también en el extranjero, donde casi 60 mil chilenos fueron habilitados para votar, un 52% más que en las presidenciales de 2017.
Una de ellas fue la artista Mon Laferte, que votó en México y que en la alfombra roja de los Latin Grammys del año pasado logró poner el foco de la prensa internacional en las protestas chilenas con una intervención en la que mostró sus pechos desnudos.
EL EMOTIVO VOTO DE LOS MUTILADOS OCULARES
Las imágenes de jóvenes con los ojos ensangrentados tras recibir disparos de perdigones y bombas lacrimógenas en el rostro dieron la vuelta al mundo y provocaron críticas de organismos internacionales como la ONU o Human Rights Watch (HRW), que acusaron a las fuerzas de seguridad de graves violaciones a los derechos humanos.
Según el independiente Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 460 personas resultaron con lesiones oculares, de las cuales Fabiola Campillai y Gustavo Gatica quedaron completamente ciegos.
Convertidos en una suerte de “mártires”, tanto Gatica como Campillai acudieron a votar acompañados de sus familiares y entre emotivos aplausos de sus respectivos vocales de mesa.
“Muchos chilenos despertaron con mucha emoción, la emoción de ir a votar, de ver un nuevo Chile. Nos despertamos contentos, listos para ir a votar”, afirmó Campillai, que también perdió la vista y el olfato y se convirtió en uno de los rostros visibles de la campaña televisiva en favor del “apruebo”.
DE CENTRO DE TORTURA A GRAN LOCAL DE VOTACIÓN
El Estadio Nacional, que fue el mayor campo de torturas durante el régimen de Pinochet, llegando a albergar unos 7 mil detenidos, se convirtió este domingo en el principal centro de votación del país, con más de 62 mesas y una capacidad para 52 mil votantes.
Ubicado en el centro de Santiago, el estadio fue también el lugar elegido por el expresidente Patricio Aylwin para asumir el poder en marzo de 1990 tras los 17 años de dictadura militar y en donde entonó la frase “El mundo nos mira, las grandes figuras de nuestra historia nos demandan consecuencia”.
EL MENSAJE DE ROGER WATERS
Roger Waters, el exlíder de la legendaria banda británica de rock Pink Floyd, animó a los chilenos a acudir a las urnas y votar por un cambio constitucional con un “Queridos amigos de Chile, vayan a votar” entonado en un improvisado español.
“Todos merecemos el derecho de vivir en paz”, aseguró en un video colgado en Twitter, haciendo un guiño a la icónica canción protesta del chileno Víctor Jara.
Waters, que en agosto llamó “rata” al presidente chileno, Sebastián Piñera, pidió también votar a favor de una convención constituyente, paritaria e integrada totalmente por ciudadanos electos para ese fin.
En 200 años de independencia, Chile ha tenido solo tres constituciones (1833, 1925 y 1980), con lo que esta sería la cuarta, pero la primera redactada por una convención ciudadana elegida en votación popular.
Con información de La Silla Rota