Místicos y Terrenales
* Caso July #284, violada, torturada y exhibida
* La acusan de asesinato en Xalapa aún cuando estaba en la CdMx
La tortura sigue siendo una forma de fabricar culpables en la Fiscalía General del Estado de Veracruz (FGEVer) .
Y la fiscal Verónica Hernández Giadans, avala éstas “formas”.
A July Raquel Flores Garfias le tocó vivir la brutalidad que perdura en la Fiscalía, donde se tolera la barbarie de la policía ministerial para fabricar culpables mediante torturas de todo tipo, para “resolver” los casos y los agentes del ministerio público tal vez hasta la propician.
Fueron ocho horas de violencia física y emocional, que le dejaron huellas corporales y emotivas.
Para ella, sí hubo ultrajes por parte de la autoridad.
Lo peor es que la fiscal Verónica Hernández Giadans, solapa esta bestialidad como forma de fabricar culpables para resolver los crímenes, lo que incluye amenazas a la familia de los detenidos, para que no actúen.
Este martes 6 de abril, se difundió otro caso de tortura para fabricar culpables: los acusados del asesinato de la alcaldesa de Jamapa, Florisel Ríos, que fueron “levantados” por el Cartel de Jalisco y entregados a la policía ministerial, la cual los torturó. El caso lo puede ver en https://www.alcalorpolitico.com/informacion/graves-irregularidades-de-fiscalia-contra-presuntos-asesinos-de-alcaldesa-florisel-rios-341159.html#.YGyfLsSZKY0
Otro caso ampliamente documentado es el de los detenidos en Las Choapas por el asesinato de 12 autodefensas, quienes también acusaron tortura.
Uno de los testimonios está detallado en la pagina de Presencia (https://www.presencia.mx/nota.aspx?id=177703&s=7 ).
Y hay más, muchos más.
CASO JULY #284, VIOLADA, TORTURADA Y EXHIBIDA
En el caso de July, el 26 de febrero la fiscal declaró que no hubo tortura contra ella y hasta defendió a los agentes ministeriales: “no tengo la menor duda de que se respetaron todos los derechos de esta persona», dijo.
Las evidencias de tortura, no existen para la fiscal.
A July la acusaron del homicidio de Guadalupe Martínez, rectora de la Universidad Valladolid, ocurrido en Xalapa, 29 de junio pasado.
En esa fecha, July presumiblemente estaba en la ciudad de México.
La detuvieron el 6 de noviembre del año pasado cuando salió a dejar un pedido de birria, que vendía para sostenerse; el pedido lo hicieron los mismos policías ministeriales para sacarla de su casa y poderla capturar, allá, en la Ciudad de México.
Desde ahí empezaron las irregularidades evidentes contra July, porque la “levantaron” sin presentar orden de aprehensión y además en un territorio fuera de la jurisdicción de los policías de Veracruz y sin colaboración alguna de las corporaciones de la Ciudad de México.
Ese mismo día la Fiscalía distribuyó un comunicado extraoficial donde asientan la detención de July y de un hombre, Fernando Enrique, pero sin mencionar la intervención de los policías de la Ciudad de México, ni el lugar de captura:
“La detención de estas dos personas fue producto de un trabajo conjunto de la Fiscalía Especializada en la Investigación de Delitos de Violencia Contra La Familia, Mujeres, Niñas, Niños y Trata de Personas, Policía Ministerial, Servicios Periciales, así como la Unidad de Análisis de la Información de la Fiscalía del Estado de Veracruz”.
O sea que ellos solitos cometieron todas las irregularidades.
Y si hubo varias instancias de la FGE inmiscuidas, lo más seguro es que la Fiscal conoció de los detalles antes de la detención. ¿O no?.
Vaya, el caso de July es tan visiblemente irregular que las diputadas federales del PT, Claudia Angélica Domínguez Vázquez y Martha Dekker Gómez, reclamaron la detención.
Y eso que el PT es un partido aliado de la 4T.
Pero lo hacen además porque July estaba trabajando en México el día del homicidio, específicamente, en la casa de un diputado del PT. “… y hay cómo demostrar que ella estaba en funciones en el momento en que se perpetra el homicidio que fue llevado a cabo por tres hombres”, apunta Domínguez Vázquez.
Domínguez Vázquez, en conferencia de prensa, en la Cámara de Diputados federal, acusó que los agentes ministeriales de Veracruz le dieron el “levantón” a July.
¿Porqué lo definió así?.
“Lo llamo levantón porque no presentaron una orden de aprehensión”.
Así pues, a July la “levantaron” y la trasladaron a Azcapotzalco.
Pero además sus familiares acusan la corrupción por parte de los agentes ministeriales: “nos pidieron una gran cantidad enorme de dinero para ayudarnos”.
Pero también los amenazaron, para que abandonaran a July a la suerte que los elementos de la FGEVer le quisieran dar:
Vaya, las amenazas también han sido contra el abogado que lleva el caso por el lado de July.
Por eso en la conferencia de prensa con las diputadas del PT, los familiares de July hicieron responsables de lo que les pase, junto con el abogado, a la Fiscalía de Veracruz.
Fueron once policías ministeriales, entre ellos una mujer, quienes desde el principio golpearon a July.
– ¿De qué me acusan?, interrogaba.
Y la respuesta era un “cállate” y un golpe.
Después de ese “levantón”, tardaron ocho horas para presentarla ante el Ministerio Público.
Durante el camino de la Ciudad de México a Xalapa, se dio la tortura y la violación.
Por las golpizas July se desmayó dos veces.
La violación fue por parte del “comandante” y un ministerial de nombre Esaú, quienes introdujeron sus dedos en la vagina de July; todo en presencia de la mujer agente ministerial.
Luego fueron los toques eléctricos en sus genitales. Fueron tantos y tan alto el voltaje, que la defensa presentó como evidencia de esta forma de tortura el “pants” quemado, precisamente en la zona vaginal.
Pero los médicos legistas no tomaron en cuenta ninguna de las evidencias.
Fue así porque estaban “amañados, en contubernio y corrupción” acusó la diputada petista Claudia Angélica.
Hay pruebas ya mostradas de que July estaba en la ciudad de México cuando se dio el homicidio.
Una de ellas es el testimonio del diputado del PT en cuya casa laboraba.
Pero la Fiscalía no lo quiso aceptar, en su prisa por fabricar una culpable.
El 29 de junio del 2020 a las 9 de la mañana, dos tipos interceptaron a María Guadalupe Martínez Aguilar, rectora de la “Universidad Valladolid”, cuando ingresaba a esa casa de estudios de su propiedad, y la asesinaron de un tiro en la cabeza y otro en el tórax.
Ese día dos adolescentes quedaron huérfanos.
Pero July estaba muy lejos del lugar del crimen.,
Karla Carrillo Cárdenas, dueña del Jardín de Niños “Montesori”, de Cuautitlán Izcalli, envió una carta al juez del caso Marco Antonio Rodríguez Lobato, mencionando que el 29 de junio del 2020, “July, su papá Martín y su hermano Abraham estuvieron en el Jardín de Niños en tareas de mantenimiento a la hora en que se sucedió la acción criminal en Xalapa”.
El testimonio también fue insuficiente para demostrar que no participó en el crimen
Edgar Hernández, en su columna Linea Caliente anota: “Otra prueba ministerial es un video de una tienda de conveniencia, Fasti, frente a la Universidad, donde se observa la entrada justo donde fue ultimada Guadalupe. Ahí está grabada una mujer blanca con los brazos descubiertos huyendo del lugar.
En el interrogatorio July muestra sus brazos tatuados hasta el hombre frente a la imagen de la mujer huyendo sin mostrar tatuaje alguno”.
Eso tampoco fue suficiente para que el juzgador dictaminase que la detención fue ilegal e innecesaria.
A July la vincularon al caso porque manejaba como Uber un automóvil Honda City, en el cual huyeron los asesinos, y que fue identificado.
Los registros de UBER indican que July no estaba activa en la plataforma durante el asesinato, apunta la organización civil Sororidad FEM, la cual lanzó la petición #LibertadParaJuly en la plataforma Change.org, dirigida a la fiscal Yesenia Zavaleta Méndez; el juez Marco Antonio Rodríguez Lobato y la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, para exigir un debido proceso y atención para July.
Pero con el puro indicio de que July alguna vez manejó ese vehículo, la detuvieron, y la torturaron para que confesase.
“¡No te hagas pendeja y confiesa! Tu mataste a Guadalupe ¿verdad? A lo que seguían los golpes en la cara y jalones de cabello, torceduras de mano y golpes en las costillas”, recopila Edgar Hernández en su columna Linea Caliente.
Vaya, en ese viaje se detuvieron varias veces, buscando lugares donde hubiera buena recepción telefónica para hablar con alguien de la Fiscalía que les preguntaba si July ya se había incriminado.
«Hubo un momento en que July reclamó al “comandante” si le gustaría que a su madre, su esposa o a sus hijas les hicieran lo mismo “que usted me está haciendo a mí”.
Vuelto loco, “¡Con mi familia no te metas, cabrona!”, el comandante, la golpeó de manera inclemente para posteriormente colocarle una bolsa de plástico en la cabeza hasta que perdió el conocimiento.
“¡Ya te la echaste guey!”, le dijo un ministerial al ver que tras una larga inconsciencia no despertaba por lo que súbitamente detuvieron el vehículo, la bajaron, la recostaron al pie de la carretera para que el “comandante” le diera respiración boca a boca gritando que “¡muerta no nos sirve para nada!”.
July, finalmente regresó a la vida», es parte de la narración de Edgar Hernández.
Ya en Xalapa es llevada a las oficinas de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) donde nuevamente es torturada, ahora con agua y toques eléctricos.
Ahí se convierte en July #284, en referencia al proceso penal que le abren, el 284/2020.
Luego es llevada a Pacho Viejo para internarla.
El de July no es el único caso.
Las evidencias son que en la fiscalía de Veracruz se sigue utilizando la tortura como forma de fabricar culpables para cubrir la ineficiencia en la investigación policiaca y la presentación de casos.
Estábamos mal, seguimos igual.
¿O peor?.