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Irreverencia científica. En busca de agua, abunda parte 9

Por Luis Martínez Wolf

Barloventeando

Convencido estoy que la investigación científica se da en la irreverencia cotidiana, me refiero al ser humano que sistematiza el procedimiento de generar calor o mejor expresado, elevar la temperatura, con el frote repetido de dos trozos de madera de diferente densidad, milagro, concentran calor, elevan la temperatura del madero más blando y se produce el fuego. Ese hombre primitivo se convirtió en homo sapiens cambiando el estatus de la humanidad en todos los órdenes, pues de su descubrimiento que fue sistematización, observación y síntesis de resultado de la experimentación, el fuego y su aplicación es base de miles, a través de la historia, gracias a esa primitiva experimentación.

Se da en la naturaleza la generación espontánea, en ocasiones para el bien de la humanidad y en otras para destruirle, el caso del rayo es el más ilustrativo ejemplo, es científico no sólo el que encerrado en el laboratorio repite y repite experimentos buscando acumularlos para establecer a confirmación de una idea que sólo llevado a la sistematización y repetición puede ser aceptada como científica.

Yo afirmo que los más importantes avances de la ciencia se dan cuando el investigador o persona normal inquieta no se satisface con su estatus de vida en lo general y es invadido por la inquietud de que puede cambiar ese estatus. Observa, afirma en su yo personal que puede cambiar lo observado para vivir mejor y… experimenta.

Yo creo que Newton al establecer los principios gravitacionales que regulan el comportamiento del Universo, no postuló para convencerse de la existencia de una ley natural, aquella que establece “Los cuerpos en el espacio se atraen en razón directa de sus masas y en razón inversa del cuadrado de sus distancias”.

Eso lo establecieron otros investigadores matemáticos que se inquietaron por el establecimiento elemental del vocablo “Gravedad” y se expuso casi en forma graciosa el principio de la manzana cayendo. La tierra, más grande que la manzana, de mayor masa, atraía a la manzana, lo de 9.81 mts/seg/seg y la razón inversa de las distancias fue posterior, abstruso y sistematizado, Newton fue el genio elemental que descubrió por inquietud científica la Ley de la Gravedad.  ¡AGUAS!

Noviembre 28 de 2020       [email protected]     Luis Martínez Wolf