* Participarán los Jefes de Estado o de Gobierno de 19 países
* Las economías más importantes del mundo y Unión Europea
* El presidente Luiz Inácio Lula da Silva fungirá como anfitrión
* Claudia sumada a propuesta de una alianza contra el hambre
* México necesita desarrollo armónico y equilibrado para todos
* “Mañana será demasiado tarde”, Fidel, en la Cumbre de Río
* “Una especie biológica en riesgo de desaparecer, el hombre”
* “La pobreza constituye una flagrante violación de la ecología”
* “Las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido”
En la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, Brasil, organizada por la Organización de las Naciones Unidas del 2 al 13 de junio de 1992, 79 países, incluidos 108 jefes de Estado y de Gobierno, aprobaron grandes acuerdos que habrían de regir la labor futura: el Programa 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo; y convenios sobre diversidad biológica, marco sobre el cambio climático y principios relativos a los bosques.
Reunió, además de líderes políticos, a diplomáticos, científicos, periodistas y más de 400 representantes de ONG’s, en un esfuerzo masivo por reconciliar el impacto de las actividades socio-económicas humanas con el medio ambiente.
Este 18 y 19 de noviembre, la presidenta Claudia Sheinbaum, realizará su primer viaje internacional para asistir a la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, que encabeza el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la que habrá de sumarse a su propuesta para integrar una alianza contra el hambre, en donde habrán de reunirse los jefes de Estado o de Gobierno de 19 naciones, las economías más importantes del mundo, y la Unión Europea (Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Reino Unido, Sudáfrica y Turquía).
“¿Qué pasaría si el 1% del gasto armamentista se destinará a los más necesitados del mundo?, dijo en su conferencia del Pueblo el pasado viernes 8.
Sheinbaum quiere que otras naciones dejen a un lado las guerras y el armamentismo para que los recursos se destinen al bienestar de los pobres. «Esa es la experiencia de México, reorientar el presupuesto para que ese presupuesto sirva para el desarrollo del país», expresó quien el pasado 1 de octubre rindió protesta como Presidenta de todos los mexicanos.
La Cumbre del G20, informó el canciller José Ramón de la Fuente, es para hablar sobre planes de desarrollo económico que beneficien a la población, en esta ocasión, poniendo énfasis en el impacto ambiental, debido a los fenómenos naturales que han mostrado cambios abruptos.
Bajo la presidencia brasileña se discutirán asuntos prioritarios, incluyendo la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad, las tres dimensiones del desarrollo sostenible (económica, social y ambiental) y la reforma de la gobernanza global.
Ojalá y esta participación de la Presidenta de todos los mexicanos -que este día realiza su primera gira de trabajo por Veracruz, acompañada de su amiga, la gobernadora electa Rocío Nahle-, en la Cumbre que reúne a las 15 economías económicas más poderosas del orbe, sea exitosa para el país, que vaya que lo necesita tras la cuantiosa deuda pública heredada por las administraciones priistas, panistas y morenistas, y fincar por fin un desarrollo real, armónico y equilibrado para todos. Es la última esperanza de sus gobernados, coinciden la mayoría de analistas dentro y fuera del país.
Comentarios a vuela pluma
El 12 de junio de 1992, en la Cumbre de la Tierra de Río, el presidente del Consejo de Ministros de Cuba, Fidel Castro (3 de agosto de 1926-25 de noviembre de 2016) pronunció un célebre discurso en el que advertía que “un modelo de producción capitalista terminaría desencadenando una emergencia medioambiental”. A más de tres décadas, el cambio climático es hoy una amenaza real para la supervivencia de la especie humana. Mientras la Amazonía y otros pulmones del planeta se consumen en un fuego devastador, resuenan aquellas palabras de Fidel pronunciadas en el Centro de Convenciones construido sobre lo que había sido un gigantesco depósito de basura de la ciudad donde se celebra el carnaval más famoso del mundo, y del que, quien esto escribe, fue privilegiado testigo. Helo a continuación: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora somos conscientes de este problema cuando ya es casi demasiado tarde para prevenirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son fundamentalmente responsables de la atroz destrucción del medio ambiente. Nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y políticas imperiales que, a su vez, generaron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la gran mayoría de la humanidad. Con solo el 20 por ciento de la población mundial, consumen dos tercios de los metales y las tres cuartas partes de la energía producida en el mundo. Han envenenado los mares y los ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera con gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya comenzamos a sufrir. Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil acaban en el mar cada año. Muchas especies se extinguen. La presión demográfica y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados por sobrevivir incluso a expensas de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, ayer colonias, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto. La solución no puede ser impedir el desarrollo de quienes más lo necesitan. La realidad es que todo lo que hoy contribuye al subdesarrollo y la pobreza constituye una flagrante violación de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños mueren cada año en el Tercer Mundo como consecuencia de esto, más que en cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa atentan contra la ecología y promueven la destrucción del medio ambiente. Si quieres salvar a la humanidad de esta autodestrucción, debes distribuir mejor la riqueza y la tecnología disponible en el planeta. Menos lujo y menos desperdicio en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más traslados al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hacer la vida humana más racional. Aplicar un orden económico internacional justo. Utilizar toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Pagar la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparecer el hambre y no el hombre. Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas y gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta? Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.”
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