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El PRI ¿con capacidad para refundarse?

Por: Alfredo Bielma Villanueva

Después de la muy controvertida elección federal de 1988 el PRI-gobierno inició una serie de procedimientos para darle puntual lectura a la realidad política del país y proceder a actualizarse, más aún después de haber perdido la elección de gobernador en Baja California el 2 de julio de 1989. Presidía al PRI Luis Donaldo Colosio cuando se intentaron introducir nuevas metodologías para elegir candidatos a cargos de elección popular, destacadamente la consulta a la base y transformar su sector Popular, la CNOP, en UNE, cuyo lema fue “Ciudadanos en Movimiento”, lo que traducía la idea de privilegiar la ciudadanización del partido. Pero el Partido Revolucionario Institucional era (es) un partido que funciona en base a consignas devenidas desde sus cúpulas, la presidencia de la república pasando por Gobernación al PRI y en las entidades federativas por parte de los gobernadores directamente a sus presidentes de Comités Directivos, por tal motivo la famosa “consulta a la base” resultó un procedimiento explosivo en sus bases al generar indisciplinas y tumultuosas protestas, el remedio consistió en darle debut y despedida a la inusualmente democrática consulta a la base. Pero, sin duda, una de las características sobresalientes del PRI siempre fue su capacidad para adaptarse a las circunstancias, obviamente esa virtud tenía raíces en el fuerte sostén de su predominio territorial con base en los tres niveles de gobierno.

Cuando el PRI perdió la presidencia en el 2000 aun gobernaba 22 entidades federativas, esa condición le permitió reconfigurarse y plantearse la posibilidad de regresar a Los Pinos en 2006, sin embargo, la confrontación entre Madrazo y el grupo de gobernadores encabezados por el gobernador del estado de México, Arturo Montiel, impidieron el retorno priista ese año. El PRI lo logró en 2012 con Peña Nieto, quien presumió de “un nuevo PRI” en fotografía con los 18 gobernadores priistas, cinco de ellos actualmente procesados. Después de Peña Nieto estuvo el abismo para el PRI, pues ahora gobierna solo dos entidades federativas y su bancada legislativa se compone de 35 diputados federales (en 1991 obtuvo 320 curules), ahora es la quinta fuerza política, y 16 escaños senatoriales. ‘Con ese pírrico patrimonio político acompañado del desprestigio que le agrega su dirigente nacional para abonar la fama de “partido corrupto” ¿le será posible al PRI renovarse para competir electoralmente en comicios próximos? Difícilmente, sería la respuesta de bote pronto porque participando en solitario su cosecha de votos se pronostica muy raquítica, y ni modo que vaya en alianza con MC, o que el PAN con la experiencia a cuestas la reedite. La actual situación priista evoca la imagen de quien esta colocado en un tobogán con destino al precipicio. En todo caso, si “bien” le va subsistirá como quien vivió en la opulencia y tras años de vino y rosas ahora vaga exhibiendo su desventura.