Tras un proceso electoral que contó con más de 50 personas buscando la gubernatura de Tokio, la ciudadanía tokiota ha elegido a Yuriko Koike como la ganadora, siendo así, la tercera ocasión que la gobernadora electa queda al frente de la capital japonesa.
Considerada una conservadora nacionalista, Yuriko Koike de 71 años posee una larga trayectoria política como ministra de defensa y ministra de medio ambiente de Japón; su tercera victoria como gobernadora de Tokio, dejó atrás a su opositora progresista, Renho -único nombre con el que se identifica-.
De esta manera, queda por sentado que, por cuatro años más, la capital tokiota mantendrá una línea política que apueste a impulsar el nacionalismo. A pesar de la derrota de la joven Renho que destacaba por su discurso a favor de la planificación familiar para acrecentar la baja tasa de fertilidad, la victoria de Yuriko Koike continúa siendo un hito importante para la sociedad tokiota donde el sexismo y la bajísima participación política de las mujeres, son una realidad cruda que enfrentan las políticas japonesas.
«No podemos dejarle Tokio a una mujer», «utiliza demasiado maquillaje» y «no debería vestirse de mujer cuando por dentro es un hombre» (esto último haciendo alusión a una intervención quirúrgica en la que se removieron los ovarios de Yuriko Koike). Estos son algunos de los comentarios reiterados que, desde 2016, la gobernadora tokiota recibió tras su primer periodo electoral.
La prensa, se ha encargado de señalarla por su vejez y su edad, a pesar de que anualmente cuentan con el mismo candidato casi tres décadas mayor que Yuriko Koike, el inventor Yoshiro Nakamatsu.
Aún con un sistema patriarcal tan violento, la gobernadora se ha mantenido firme en sus propuestas y referido que “no importa, pues está acostumbrada” (a los comentarios de sus colegas y opositores).
Sorprendentemente, este año un candidato independiente, Shinji Ishimaru se acercó a Yuriko Koike, este candidato que poco figuraba en las encuestas dio la vuelta en las votaciones, superando incluso, a la otra gran prospecta Renho quien apenas si logró el 18.8% de sus votos.
De cerca, otro hombre, Toshio Tamogami.
A pesar de que Yuriko Koike venció este 2024, su preferencia electoral ha caído un 20.3%, lo que bien podría abrir un espacio futuro para que Shinji Ishimaru se perfile para resultar electo en las próximas elecciones y con ello, recrudecer la brecha de género en la política japonesa.
En un repaso breve, Japón logró el sufragio femenino en el 45, tras la Segunda Guerra Mundial y con ello, la participación política femenina comenzó a avanzar. Hace 75 años, las mujeres ocupaban el 8.4% de la Cámara y hoy, en 2024, representan el 9.9%.
Es decir que, en dos tercios de siglo, la participación femenina sólo aumentó un 1.5%, un avance frustrante e increíblemente lento que tiene por consecuencia, un retroceso en materia de brecha salarial, derechos sexuales y combate a la violencia de género.
Como resultado, el Foro Económico Mundial ha advertido a Japón sobre su enorme falta de inclusión, pues se encuentra en el puesto 120 de brecha de género, siendo el país con la peor posición entre los miembros del G-7. Aunada a las siguientes posiciones a nivel global:
- Posición 147 de participación política
- Posición 117 en participación y oportunidades económicas
Yuriko Koike ha referido en sus discursos que a ella no le agrada hablar sobre el «techo de cristal«, pues en Japón no es cristal, sino una gruesa placa de hierro. Lo que le ha valido el apodo de «La dama de hierro», según el Washington Post que, además refiere en una de sus columnas:
«YURIKO KOIKE IRRUMPIÓ EN LAS CALLES DE UN BARRIO DE CLASE TRABAJADORA CON APRETONES DE MANOS RÁPIDOS Y AL GRITO DE ‘ES UNA BATALLA TERRESTRE POR LA REFORMA, POR CAMBIAR JAPÓN’. EN UN PAÍS DONDE SOLO UN PEQUEÑO PORCENTAJE DE LOS FUNCIONARIOS ELECTOS SON MUJERES Y TODAVÍA SE ESPERA QUE LAS MUJERES SIRVAN TÉ PARA LOS COMPAÑEROS DE TRABAJO Y SE DEDIQUEN A SUS MARIDOS, ELLA ENCARA LA RENOVACIÓN”.
Rodeada de un gabinete masculino, Yuriko Koike continúa apostando por el desarrollo de guarderías para que las mujeres puedan incorporarse al mercado laboral, a la profesionalización femenina (pues Japón y Turquía, son los únicos 2 países de la OCDE donde la mayoría de las personas graduadas de la universidad son hombres) y al otorgamiento de un apoyo económico para la crianza de las infancias; la crisis de natalidad y la inclusión de mujeres al mercado laboral son 2 de sus principales apuesta políticas.
Eso sí, en su trayectoria también posee señalamientos importantes como el desconocer la masacre de Kanto, donde japoneses cometieron actos inhumanos contra la población coreana
Con todo, la presencia y fortaleza de Yuriko Koike se erige para comenzar a abollar ese techo de hierro que el patriarcado japonés se ha encargado de reforzar a través de la exclusión y la violencia.