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Pepe o Rocío, Veracruz es primero

Por Alfredo Bielma Villanueva

Mientras la autoridad electoral no emita su veredicto sobre el resultado electoral del próximo domingo nadie puede cantar victoria sin riesgo a exponerse a fuerte desengaño; pero según elementos que la realidad aporta al menos en Veracruz se avizoran señales de solido optimismo para la causa encabezada por Pepe Yunes Zorrilla: el fuerte arraigo de Pepe Yunes entre sus coterráneos, su añeja y permanente interlocución con los diferentes sectores de la población veracruzana, su conocimiento de la realidad socioeconómica de la entidad, su experiencia en menesteres de la cosa pública y la gran movilización ciudadana en torno a su candidatura, también arropada por el consenso de tres partidos políticos PAN-PRI y PRD, cuyos mejores cuadros están actuando en labores de proselitismo hormiga, en paralelo a las vistosas concentraciones multitudinarias que lo reciben y vitorean. En contraste, Rocío Nahle desconoce la entidad y esa condición le ha impedido establecer una fluida relación con actores políticos veracruzanos que no sean los de su propio partido, que a su vez acaban de emerger como clase política que por su inmadurez en solo seis años mostraron el cobre. Ciertamente, como a Pepe Yunes también a Rocío Nahle se le ha recibido con apretujadas muchedumbres, aunque quien haya observado el comportamiento de cada uno de los candidatos y de la gente reunida podría deducir las respectivas conclusiones. Ahora ¿quiénes operan las movilizaciones para el voto en MORENA? Manuel Huerta es el de mayor experiencia y tiene la ventaja de ser el operador de los programas sociales en esta entidad, utilizados ahora y siempre como herramientas de control clientelar, en este punto es donde radica el soporte electoral para Nahle que } se acompaña con la operación de gente contratada con recurso público para la operación en el proceso electivo. Así las cosas, a partir del miércoles próximo la moneda será lanzada al aire, pero la suerte está echada y se percibe que la moneda no caerá de canto sino del lado de Pepe Yunes. Aunque el primer requisito consiste en convocar al voto, el segundo en vigilar la elección, no hay término medio ni lugar para la complacencia porque Veracruz está en juego.

La candidata presidencial de MORENA, Claudia Sheinbaum fue a Morelos, a Puebla y vino a Veracruz, entidades donde habrá relevo de gubernaturas, aquí retóricamente exhortó a su feligresía a “seguir confiando en gobiernos de MORENA”, aunque con argumentos poco solidos porque hacen fuerte contraste con un supuesto combate a la corrupción como lo es calificar de “calumnias, mentiras e injurias” las denuncias presentadas contra Rocío Nahle por un presunto enriquecimiento ilícito sin tener elementos que corroboren su dicho ya que exonera a su compañera de partido con fatuo prejuicio. ¿Son calumnias e injurias esas denuncias? Lo ignoramos porque, aunque son respaldadas por testimonio documentado la autoridad correspondiente no ha dado su veredicto y en el peor de los casos tampoco habría iniciado la averiguación correspondiente. Nada para el asombro porque el periodo electoral se presta a maniobras insanas como pudiera ser el intento de perjudicar al rival, pero la señora Sheinbaum representa los intereses de un partido en cuyo postulado central figura combatir la corrupción y en este caso particular su tentativa de dispensarle a Nahle su condición de denunciada no se corresponde con una genuina batalla anticorrupción. Por su lado, en su arenga de cierre de campaña en Xalapa, Rocío Nahle presumió haber salido ilesa de las acusaciones en su contra, pues confiada en la inacción de la autoridad que debe investigar las denuncias en su contra da por superado el asunto, lo cual nada tiene que ver sobre si es o no culpable de lo que se le acusa. Desde esa perspectiva abundan quienes preguntan sobre cuál será el destino de las denuncias presentadas por Arturo Castagné contra Rocío Nahle y la de esta contra su denunciante ¿quedan sujetas al resultado electoral? Cualquiera sea la respuesta lo idóneo consiste en que el ministerio público realice las averiguaciones del caso y si los hubiere proceda a formular los cargos correspondientes para evitar se quede en la instancia de “para los amigos justicia y gracia, a los enemigos, la ley a secas”.