El gobierno de Irán aseguró en un comunicado que la muerte en un accidente de helicóptero del presidente del país, Ebrahim Raisi, no provocará “la mínima perturbación en la administración” de la República Islámica.
“El presidente de pueblo iraní, trabajador e infatigable (…), ha sacrificado su vida por la nación. Aseguramos a la nación leal que, con la ayuda de Dios y el respaldo del pueblo, no habrá la mínima perturbación en la administración del país”, destacó el gobierno en un comunicado.
El vicepresidente de Irán, Mohsen Mansouri, confirmó en un tuit el lunes 20 de mayo (horario local) que el presidente Ebrahim Raisi murió en un accidente de helicóptero.
Pertenecemos a Alá y a Él regresaremos”, dijo Mansouri en la plataforma de redes sociales X el lunes.
Los restos carbonizados del helicóptero que se estrelló el domingo 19 de mayo que transportaba a Raisi y al ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, fueron encontrados temprano al día siguiente después de una búsqueda nocturna en condiciones de tormenta de nieve.
La televisión estatal informó que las imágenes del lugar mostraban que el avión se estrelló contra la cima de una montaña, aunque no hubo información oficial sobre la causa del accidente.
La agencia estatal de noticias IRNA dijo que Raisi volaba en un helicóptero Bell 212 de fabricación estadounidense.
La desaparición del helicóptero el domingo desencadenó una intensa operación de búsqueda en “condiciones difíciles” debido a la lluvia y la espesa niebla, dijo el responsable de la Media Luna Roja en Irán, Pirhossein Koolivand.
Un dron turco identificó una fuente de calor que se sospechaba eran los restos del helicóptero y había compartido las coordenadas del posible lugar del accidente con las autoridades iraníes, dijo la agencia de noticias Anadolu en X.
Más temprano, la televisión estatal había suspendido previamente toda su programación habitual para mostrar las oraciones que se realizaban por Raisi en todo el país.
En las primeras horas del lunes, mostraba a un equipo de rescate, vestido con chaquetas brillantes y linternas frontales, acurrucados alrededor de un dispositivo GPS mientras buscaban a pie en una ladera oscura de una montaña en medio de una tormenta de nieve.
Raisi, de 63 años, fue elegido presidente en 2021 y, desde que asumió el cargo, ordenó un endurecimiento de las leyes morales, supervisó una represión de las protestas antigubernamentales y presionó con fuerza en las conversaciones nucleares con las potencias mundiales.