CAMALEÓN
“La suerte está echada”, sería quizás la expresión más adecuada a lo expresado por Dante Delgado respecto de Movimiento Ciudadano, su creación política, un partido en cuya dirigencia ha permanecido en sus variados avatares (en ocasiones interpósitas personas atentas siempre a cumplir sus instrucciones), un método cuyas consecuencias derivan en la integración de un grupo de políticos atentos a la consigna solo para acceder a posiciones de orden electoral. No obstante, debe reconocerse su innata habilidad para conservar el equilibrio de tal manera de mantenerse en la cúpula de esa elite durante un cuarto de siglo, tiempo durante el cual Dante Delgado sigue tirando línea en su partido. Pero ya adelantó la posibilidad de heredar su posición al menor de sus hijos, al menos esa pudiera ser una lectura subliminal al involucrar a su hijo como candidato a senador y a lo que dice le expresó su hijo menor: “oye, como no te vas a retirar, yo voy a empezar a involucrarme en los trabajos”, pero más señaladamente porque el propio Dante dice acerca de que sus hijos le ayudaron a formar Convergencia, es decir, como son cofundadores tienen derecho de pernada. Pero Dante trajo la espada desenvainada pues calificó de “cobarde” a la clase política veracruzana por haber permitido el arribo de “gente mediocre”, “que impreparados estén ahorita allí”. Solo olvida el pequeño detalle: es veracruzano y dirige un partido que de alguna u otra manera, como ahora, interviene en elecciones y luego entonces interfiere en los resultados electorales.
Se anuncia para el próximo domingo una manifestación ciudadana “en defensa de la democracia”, y sus organizadores subrayan su condición ajena a cualquier sigla partidista por lo cual piden a quienes deseen asistir lo hagan con indumentaria de colores claros para retirar toda sospecha de injerencia no enteramente ciudadana. Los organizadores ya tienen experiencia en esos menesteres pues es similar la manera a cómo se expresaron en defensa del INE, es decir, son opositores al gobierno titulado por el presidente López Obrador. Sería obtuso no entenderlo así, porque mucho del contenido de las iniciativas de reformas enviadas desde el Poder Ejecutivo a la Cámara de diputados revela intenciones lesivas a la índole democrática de nuestro sistema político: reducir el número de legisladores desapareciendo a los de representación proporcional, reformando al INE para convertirlo en una dependencia del dominio presidencial, desapareciendo órganos autónomos para liquidar obstáculos de contrapesos del poder. Peor aún, menguando al Poder Judicial para transformarlo en coto del enjuague partidista, una imagen de aterradoras consecuencias. Este muy somero inventario de las motivaciones de la referida manifestación ciudadana del domingo próximo invita por si sólo a la reflexión ciudadana para actuar en consecuencia, y la verdad no deja mucho espacio para la duda de entre el asistir o no a esa manifestación ciudadana. Será quizás la última, previa a la gran manifestación del dos de junio próximo, cuando los mexicanos estaremos en aptitud de elegir el camino del México de nuestros hijos y nietos, y nos venga a mente la frase atribuida a Julio César_ “Alea Jacta Est”, “La suerte está echada”.