En un hito histórico, el parlamento de Corea del Sur aprobó un proyecto de ley el martes que prohíbe la cría y el sacrificio de perros para consumo, marcando el fin de una controvertida práctica arraigada en la tradición del país. La decisión, respaldada de manera inusualmente bipartidista, refleja un cambio en las actitudes hacia el consumo de carne de perro en medio de la rápida industrialización de Corea del Sur.
La nueva legislación impide la distribución y venta de productos alimenticios elaborados con ingredientes caninos, aunque no penaliza a los consumidores. Aquellos involucrados en la industria, como criadores o vendedores, podrían enfrentar hasta tres años de prisión o multas significativas.
Proporcionando un periodo de gracia de tres años, el proyecto de ley busca apoyar a los propietarios de granjas y restaurantes de carne de perro en la transición hacia otras empresas. La ley ahora espera la aprobación final del presidente Yoon Suk Yeol, siendo propuesta tanto por el partido gobernante como por la principal oposición.
La práctica de consumir carne de perro, arraigada en tradiciones históricas, ha disminuido a medida que tener mascotas se ha vuelto más común en Corea del Sur. A pesar de la resistencia de criadores y dueños de negocios, la aprobación de la ley refleja una evolución en las percepciones y una mayor voluntad política, especialmente respaldada por la Primera Dama Kim Keon Hee.
Este cambio legislativo es parte de un contexto más amplio, ya que la violencia en la región sigue siendo una preocupación, y el país enfrenta desafíos para equilibrar las tradiciones con las expectativas modernas en temas de bienestar animal.