Columnistas

Radio y TV y la clase política, una elite plural

Por Alfredo Bielma Villanueva

Menudo problema enfrenta el director de Radio y Televisión de Veracruz porque esta emisora a su cargo transmitió un mitin a favor de Rocío Nahle, precandidata de Morena al gobierno de la entidad. Aunque el gobernador Cuitláhuac García ha explicado que se hizo para informar a la población sobre las opciones electorales, para nada exonera de culpa legal al director de RTV. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales es muy clara al prohibir la aplicación de bienes y recursos públicos para usos electorales, caso en el que incurrió al permitir la transmisión del referido mitin político; para estrenarse como árbitro electoral de 2024 el OPLE tiene en este caso la oportunidad de emplearse a fondo haciendo efectiva la normatividad vigente y de esa manera desvanecer la elevada percepción que campea en la opinión pública acerca de un proceso permeado por el propósito y la tentación de intromisiones ilegales.

Cuando hablamos de clase política hacemos referencia a quienes, emergiendo desde el seno social, se incorporan a actividades de la cosa pública, incluye a dirigencias partidistas y “representantes populares”. Se trata genuinamente de una élite muy poco renovable y muy versátil, aunque de movilidad muy dinámica porque sube o baja en la escala del poder; en nuestro país esta clase es muy plural pues en la geometría política al menos teóricamente milita en la derecha, en el centro o a la izquierda, y cada una guarda características propias por lo cual no es difícil distinguir un panista  de un priista, o de un perredista, o de un “Moreno”, entre los tipos más sobresalientes. Adyacentemente encontramos a los del Verde, del PT y MC, en donde pululan quienes alguna vez fueron priistas, panistas o perredistas. “Emergen del seno social”, escribimos arriba, allí donde todos son críticos y prometen ser diferentes a quienes integran la clase política, pero una vez llegados a esa instancia, con la incorporación a la elite política ocurre una metamorfosis y casi en automático sobreviene un divorcio entre el antes y el después. Así sucede en la generalidad de los casos, sin embargo, en ese camaleónico fenómeno hay muy honorables excepciones, son los garbanzos de a libra.