Hoy se conmemora el primer aniversario del fallecimiento del Papa Benedicto XVI, quien dejó un legado significativo en la Iglesia Católica. En la Basílica de San Pedro, se llevó a cabo una emotiva Misa de sufragio presidida por monseñor Georg Gänswein, secretario del Pontífice durante muchos años. Este evento forma parte de un programa de dos días que destaca la vida, el magisterio y el legado del Papa emérito, organizado por Ewtn, la Fundatio Christiana Virtus y la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.
Benedicto XVI, el 265º Pontífice, falleció el 31 de diciembre del año pasado a la edad de 95 años en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Su muerte generó una ola de condolencias a nivel mundial, reconociendo su humildad y dedicación a la Iglesia durante los 7 años y 315 días que estuvo al frente. El Papa Francisco, su sucesor, expresó su gratitud y recordó la nobleza y gentileza del Papa emérito, destacando su testimonio de fe y oración.
El último adiós a Benedicto XVI fue masivo, con miles de personas rindiendo homenaje en la capilla del monasterio y la basílica de San Pedro. Su funeral, celebrado el 5 de enero, fue presidido por el Papa Francisco y contó con la participación de numerosos cardenales, obispos y sacerdotes. Benedicto XVI fue enterrado en las Grutas Vaticanas, el mismo lugar donde descansa Juan Pablo II.
La contribución de Benedicto XVI a la Iglesia fue destacada, siendo reconocido como un gran teólogo y experto en las Escrituras. Su carrera incluyó roles importantes, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes de convertirse en Papa. Su testamento espiritual enfatiza la importancia de permanecer firmes en la fe, incluso cuando la ciencia parece desafiarla. Benedicto XVI insta a comprender el límite de las pretensiones científicas y a reconocer a Jesucristo como el camino, la verdad y la vida.
Este aniversario es una oportunidad para reflexionar sobre el legado perdurable de Benedicto XVI y su impacto en la Iglesia Católica.