La soberana Margarita de Dinamarca ha dado a conocer, de manera inesperada, su decisión de abdicar en su discurso navideño desde el Palacio de Amalienborg. La monarca, que ha marcado la historia danesa desde el 14 de enero de 1972, sorprendió al anunciar que el próximo 14 de enero de 2023 cederá el trono a su hijo Federico. Este inesperado giro llega tras la controversia que rodeó a Federico después de la publicación de fotografías comprometedoras junto a Genoveva Casanova en Madrid.
El anuncio ha generado asombro entre los oyentes, aunque se rumoreaba desde hace algún tiempo que la reina Margarita contemplaba la posibilidad de abdicar en favor de su hijo. La Casa Real danesa, desde que estalló la polémica en torno a Federico, ha mantenido una postura de resguardo y discreción. Aunque emitieron un comunicado inicial, evitaron entrar en detalles para no manchar la reputación del heredero, no solo por su propio prestigio sino también por los planes futuros de la reina Margarita.
Según informes, la controversia en torno a Federico se convirtió en un obstáculo en los planes de abdicación de la reina. Luis Pliego, director de la revista Lecturas, reveló que la atención mediática generada por el escándalo había demorado la decisión de Margarita. Sin embargo, la soberana finalmente ha optado por seguir adelante con sus planes originales y entregar la corona a su hijo Federico, marcando el fin de una era en la monarquía danesa.
La Casa Real danesa, conocida por su neutralidad y por no comentar asuntos privados, mantuvo esta política incluso frente a las fotos comprometedoras de Federico. En un comunicado, reiteraron su compromiso de respetar la privacidad de los miembros de la familia real, incluido el Príncipe Heredero. Para evitar especulaciones y preguntas incómodas, la reina Margarita adoptó una medida inusual al prohibir el acceso de los medios de comunicación a ciertos eventos, rompiendo con la tradición de permitir la cobertura de la prensa en actividades de la familia real.
La figura de la reina Margarita ha dejado una marca indeleble en la historia danesa. Al ser nombrada heredera legal en 1952 tras la modificación de la ley de sucesión, se convirtió en la primera reina reinante de Dinamarca. Su reinado, que comenzó en 1972, se destacó por su longevidad, siendo solo superado por el de Cristián IV e Isabel II, fallecida en septiembre de 2022.