Pocas entidades de la federación mexicana podrían competir con Veracruz en cuanto a la diversidad de sus culturas, sus costumbres, sus tradiciones, sus etnias y hasta sus climas; es tan acentuada esa diversidad que difícilmente nosotros mismos, los veracruzanos, podríamos definir cuál de las regiones, norte, centro y sur, es la más representativa del ser veracruzano. Sin embargo, si bien somos muy diversos, cuando estando fuera de la entidad escuchamos el himno veracruzano por excelencia, La Bamba, nos sentimos fuertemente identificados, orgullosamente vinculados a nuestra tierra de origen. En el norte, la huasteca, en el centro, la totonaca, y en el sur la olmeca, las tres culturas prehispánicas que florecieron en lo que ahora es Veracruz; en el centro fue acentuado el mestizaje con la población afrodescendiente; en el sur, fue cuantiosa la migración de oaxaqueños del Istmo de Tehuantepec y esa colonia es bastante significativa desde Acayucan a Las Choapas, hágase la relación de líderes del magisterio y de sindicatos obreros y se podrá observar su fuente influencia- Seis Pueblos Mágicos hablan de nuestra riqueza arquitectónica y cultural:_Zozocolco, Papantla, Coatepec, Xico, Coscomatepec y Orizaba, otros más están en proceso de convertirse en obtener esa categoría, Naolinco uno de ellos. ¿Hace falta algo más para sentirnos orgullosos de ser veracruzanos?Quizás sí. Los veracruzanos requerimos de un gobierno que vuelva a colocar a esta entidad en el sendero del progreso, que sepa y pueda aprovechar la riqueza natural y humana de Veracruz, que reactive la fuerza productora del campo, que reverdezca de maizales la agricultura, que promueva la comercialización de la piña y los cítricos, que los cañaverales adquieran mayor rendimiento de azúcar, que la pesca haga honor al extenso litoral que nos bordea, que el turismo adquiera la dimensión correspondiente a nuestros grandes atractivos naturales, culturales y tradiciones, que reduzca el costo de la energía eléctrica, que mejore y aumente la infraestructura carretera y el equipamiento urbano de nuestras ciudades medias, etc. Obviamente para alcanzar ese paradigma el gobernante debe sentir, conocer y querer a Veracruz- ¿quién cubre ese perfil? Es de la ciudadanía (no “el pueblo”), la última palabra.
El orgullo de ser veracruzano
Por Alfredo Bielma Villanueva