A pesar de los estragos devastadores provocados por el huracán “Otis”, el puerto de Acapulco se prepara para recibir turistas durante la temporada crucial de Navidad y Año Nuevo. Este período representa aproximadamente el 30% de los ingresos anuales para la región, y tanto autoridades como empresarios turísticos están empeñándose en revitalizar la industria turística, a pesar de los desafíos significativos que enfrentan tras dos meses del impacto del huracán.
Se estima que cerca de 4 mil cuartos de hotel estarán operativos para finales de diciembre, brindando empleo e ingresos cruciales para los hoteleros, restauranteros y empleados del sector. Aunque algunos negocios permanecen cerrados, se observa un progresivo restablecimiento de servicios esenciales, como la electricidad en toda la ciudad, el suministro de agua potable y la recuperación del alumbrado público, especialmente en la zona turística.
A pesar de los avances, persisten desafíos, como colapsos en el sistema de drenaje que han llevado a vertidos de aguas residuales en las calles. Varios hoteles han cerrado temporalmente para realizar labores de limpieza y reparación, pero la incertidumbre prevalece en instituciones educativas afectadas, como la Universidad Americana de Acapulco, que anunció su cierre tras los daños causados por “Otis”.
A nivel económico, la ciudad ha recibido una inyección monetaria significativa del gobierno federal, con apoyos financieros destinados a la limpieza y reconstrucción de hogares afectados. Sin embargo, este flujo de dinero también ha generado preocupaciones, ya que algunos negocios, especialmente en la venta de alimentos y ferreterías, han elevado sus precios debido a la alta demanda.
A pesar de estos desafíos, las autoridades proyectan ofrecer una gala pirotécnica para recibir el año nuevo, un evento que busca atraer a turistas y resaltar la resiliencia de Acapulco. Sin embargo, las familias locales también enfrentan la realidad de la pérdida de seres queridos, con un saldo oficial de 52 muertos por “Otis”, aunque las funerarias reportan una cifra mayor, superando los 300 fallecidos en los diez días posteriores al huracán.
Además, persisten preocupaciones sobre los marineros desaparecidos, donde la versión oficial de 7 personas sin localizar es desafiada por familiares que sostienen que son 21 los marineros desaparecidos. La búsqueda se ha limitado a áreas cercanas a la bahía de Acapulco, generando críticas sobre la amplitud de los esfuerzos de búsqueda.
En este complejo escenario, la temporada turística se erige como un momento crucial para la recuperación económica de Acapulco, aunque el camino hacia la normalidad aún está marcado por desafíos y la necesidad de reconstrucción continua.