Ucrania ha decidido modificar la fecha de celebración de la Navidad, adelantándola al 25 de diciembre en lugar del 7 de enero, una tradición que compartía con la Iglesia ortodoxa rusa. Este cambio, establecido por el calendario gregoriano, fue respaldado por el Parlamento ucraniano en julio y ratificado por el presidente Volodímir Zelenski. La medida representa un paso más en la ruptura de tradiciones con Rusia, marcando un distanciamiento cultural y religioso en medio de las tensiones y la guerra con Moscú.
El proyecto de ley que respaldó este cambio destaca la influencia histórica de la ideología rusa en Ucrania, incluido el uso del calendario juliano y la celebración de la Navidad en enero. La nueva fecha refleja el renacimiento de la identidad ucraniana y la determinación de vivir con sus propias tradiciones y festividades.
Esta decisión se suma a otras medidas adoptadas por Ucrania para distanciarse de Rusia, como el cambio de nombres de calles y pueblos vinculados a la era soviética. La ley subraya la brecha creciente entre las iglesias ucraniana y rusa, agravada desde la invasión rusa en febrero de 2022. La Iglesia ortodoxa ucraniana, tradicionalmente bajo la tutela religiosa de Rusia, se declaró independiente en 2019, y en mayo de 2022, la Iglesia ucraniana que había permanecido fiel a Rusia también proclamó su independencia en repudio al respaldo del patriarca ruso Cirilo a la invasión.
Esta iniciativa refleja un cambio cultural profundo y simboliza la resistencia de Ucrania ante la influencia rusa. La modificación en la celebración de la Navidad se une a otras transformaciones destinadas a afirmar la identidad ucraniana y desvincularse de la sombra histórica de Rusia.