Los ciudadanos chilenos han expresado de manera contundente su rechazo a un proyecto de Constitución propuesto por el ultraconservador Partido Republicano, respaldado por la derecha tradicional. Con un 99.3% del escrutinio completado, la opción en contra ha logrado obtener el 55.76% de los votos (6 millones 860 mil 719), superando significativamente al 44.24% un favor (5 millones 443 mil 201). Este resultado, que pone fin al prolongado debate constitucional en Chile, desde ya se perfila como un punto de inflexión en la dirección política del país sudamericano.
La victoria del rechazo representa un alivio para la centroizquierda, liderada por el presidente Gabriel Boric, especialmente después de la dura derrota sufrida en septiembre de 2022. No obstante, esta victoria también lleva consigo un matiz agridulce, ya que la Constitución redactada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet seguirá siendo la ley fundamental del país, institucionalizando el neoliberalismo y la privatización de los derechos sociales.
Con un 81,4% de participación, los ciudadanos chilenos han emitido su voz de manera clara, y la victoria del rechazo ha sido evidente desde las primeras etapas del escrutinio. La opción en contra ha logrado establecer una ventaja de ocho puntos, lo que llevó al comando a favor de desmontar el escenario que habían preparado para celebrar una posible victoria.
Esta victoria del rechazo también tiene implicaciones políticas significativas, marcando un golpe certero a las aspiraciones presidenciales de José Antonio Kast, líder de los ultraconservadores republicanos, quienes fueron la fuerza política mayoritaria en el Consejo Constitucional que redactó la propuesta derrotada. Kast, reconocido admirador de Pinochet, había ganado la primera vuelta presidencial en diciembre de 2021 contra Boric.
En sus declaraciones, Kast reconoció la derrota y destacó que los chilenos han expresado claramente su preferencia por mantener la Constitución actual. Subrayó que esta decisión terminará en la incertidumbre y permitirá a Chile recuperar la esperanza, el orden, la paz y el progreso que, según él, se han perdido en los últimos cuatro años.
Por su parte, el presidente Boric pronunció un discurso televisado pasadas las 9 de la noche, indicando que durante su mandato se considera cerrado el tema constitucional, ya que las urgencias actuales requieren atención inmediata. Reconoció que la política ha quedado en deuda con el pueblo chileno y sugirió que se necesita un mayor diálogo, consenso y acción para abordar los problemas apremiantes que afectan a la población diariamente.
Este resultado refleja una realidad política compleja y deja en evidencia la necesidad de abordar los desafíos que persisten en la sociedad chilena. Aunque la victoria del rechazo representa un veredicto claro en relación con la propuesta constitucional, también destaca la urgencia de buscar soluciones pragmáticas y superar las divisiones que han caracterizado el proceso político reciente en Chile.