En un histórico paso, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el martes una resolución que demanda un alto el fuego entre Israel y Hamas, más de dos meses después del inicio de los ataques que desencadenaron un conflicto en Gaza. La medida, respaldada por 153 miembros, marca un cambio en la presión internacional sobre Israel, especialmente después de que Estados Unidos bloqueara una resolución similar en el Consejo de Seguridad.
Aunque las resoluciones de la Asamblea General no son legalmente vinculantes, tienen un significativo peso simbólico y relevancia política. En este caso, la distinción entre “pedir” un alto el fuego en una resolución anterior y “demandar” en la reciente ha sido destacada como un avance significativo.
La situación en Gaza ha sido objeto de intensos debates y críticas internacionales, con las operaciones militares israelíes generando preocupaciones sobre las pérdidas civiles, que se estiman en más de 18,000 según el Ministerio de Salud palestino controlado por Hamas. El bloqueo de Estados Unidos a una resolución similar en el Consejo de Seguridad ha elevado la importancia de esta acción de la Asamblea General.
Este hito refleja un cambio en la dinámica de apoyo internacional a Israel, como lo indicó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al señalar que el respaldo internacional al país estaba disminuyendo. Este evento marca una expresión colectiva de la comunidad internacional en favor de un cese de hostilidades y subraya la creciente presión sobre Israel para buscar soluciones negociadas.
En resumen, la aprobación de esta resolución en la Asamblea General representa un desarrollo crucial en la arena internacional, consolidando un llamado global a la paz y destacando la importancia de buscar una solución diplomática al conflicto en Gaza.