En el noroeste de Nigeria, un trágico suceso ha sacudido la región, dejando al menos 85 personas muertas como resultado de un ataque de dron militar considerado “erróneo” por las autoridades. El incidente tuvo lugar durante las festividades del Mawlid al-Nabi, el feriado islámico que conmemora el nacimiento del profeta Mahoma, en el poblado de Tudun Biri, estado de Kaduna. La Agencia Nacional de Manejo de Emergencias informó que entre las víctimas se encontraron niños, mujeres y ancianos, con al menos 66 personas resultando heridas.
Este trágico episodio se suma a una serie de errores en los ataques aéreos realizados por el ejército nigeriano en su campaña contra la violencia extremista y los ataques rebeldes que han afectado al norte del país durante más de una década. Desde 2017, alrededor de 400 civiles han perdido la vida en estas operaciones, según informes de la firma de información de seguridad SBM con sede en Lagos.
El presidente de Nigeria, Bla Tinubu, ha ordenado una investigación exhaustiva y completa sobre el incidente, que ha generado preocupación sobre la falta de coordinación y consecuencias en las operaciones de seguridad del país. Se ha señalado la dificultad de distinguir a los terroristas de la población civil, ya que a menudo se mezclan en centros poblados.
La comunidad internacional sigue con atención la situación en Nigeria, donde la falta de transparencia en las investigaciones y la ausencia de consecuencias para los errores cometidos generan preocupación. Mientras tanto, los civiles, a quienes se supone deberían proteger, continúan pagando el precio de la incompetencia y la falta de diligencia debida por parte del ejército nigeriano, según Isa Sanusi, directora de Amnistía Internacional en Nigeria.