Las tensiones en la región han alcanzado un nuevo nivel con la incursión de tanques israelíes en el sur de Gaza, en un intento de expandir las operaciones militares contra el grupo Hamas. Testigos presenciales han informado que docenas de tanques, junto con camiones blindados y excavadoras, ingresaron en la zona, específicamente en la aldea de Al-Qarara, cerca de Jan Yunis, después de intensos bombardeos en la ciudad durante el fin de semana.
Este movimiento militar se produce después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) renovaran sus llamados a la evacuación masiva en la región, instalando a los palestinos desplazados a abandonar la zona. El director de la agencia de la ONU en Gaza, Thomas White, denunció que Israel está forzando a la población a huir, y las imágenes de familias empacando apresuradamente y buscando refugio en medio del conflicto han despertado preocupaciones sobre el impacto en los civiles.
La situación humanitaria en Gaza es cada vez más crítica, con informes de casi 16.000 personas muertas desde el inicio de las operaciones militares israelíes, siendo el 70% de las víctimas mujeres y niños, según funcionarios de salud gazatíes. Las operaciones de las IED, que tienen como objetivo principal a Hamas, han llevado al desplazamiento forzado de millas de personas y a la destrucción de infraestructuras vitales, como hospitales y escuelas.
En medio de este escenario, las autoridades israelíes han emitido advertencias a los civiles para que eviten la carretera principal norte-sur entre Jan Yunis y Deir al-Balah, señalando que la zona se ha convertido en un campo de batalla extremadamente peligroso. Esta advertencia sugiere que las fuerzas israelíes podrían estar avanzando desde el noreste hacia Jan Yunis, buscando aislar el centro de Gaza del sur.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha reiterado su compromiso de erradicar a Hamas, y las operaciones militares israelíes han buscado debilitar significativamente al grupo en el norte de Gaza. Sin embargo, la expansión de estas operaciones hacia el sur plantea nuevas preocupaciones sobre la intensificación del conflicto y el impacto humanitario en una región ya aislada por la violencia y la escasez de recursos básicos.
Mientras tanto, la comunidad internacional ha expresado su alarma ante la escalada de la violencia, con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris asegurando al presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi que Estados Unidos no permitirá la reubicación forzada de palestinos ni la imposición de un estado de sitio. es Gaza. Además, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reafirmado su creencia de que Netanyahu será juzgado por crímenes de guerra, añadiendo una dimensión legal a la crisis.
Este conflicto se desarrolla en un contexto geopolítico complejo, con consecuencias humanitarias devastadoras y un impacto significativo en la estabilidad de la región.
