En la conferencia matutina celebrada en el Palacio Nacional, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, abordó la situación política en Nuevo León, instalando a la población ya los medios para evitar alarmismos y exageraciones. La incertidumbre en torno a quién asumirá la gubernatura a partir del 2 de diciembre ha generado tensiones entre el Gobierno de Nuevo León y el Congreso estatal.
López Obrador enfatizó que este asunto debe ser resuelto por las autoridades estatales y expresó su confianza en que se iniciará un diálogo para superar las diferencias políticas y partidistas. Subrayó que, por el momento, no ve un riesgo de ingobernabilidad en la entidad y destacó que las instituciones estatales y federales continúan funcionando con normalidad.
En relación con la posibilidad de intervención del Gobierno Federal, el presidente señaló que estarían dispuestos a participar si ambas partes solicitan su intervención. Destacó que, en una democracia, es normal enfrentar discrepancias y que el derecho a disentir debe ser respetado.
López Obrador comparó la situación con otros países democráticos que han enfrentado períodos prolongados sin un gobierno estable, utilizando estos ejemplos para contextualizar la situación en Nuevo León y subrayar la normalidad democrática en la que se inscribe.
El presidente concluyó resaltando algunos logros de su administración, como la inauguración del Aeropuerto de Tulum, y reiteró que la situación en Nuevo León, aunque importante, no debe exagerarse.