La abrumadora victoria del partido de ultraderecha PVV, liderado por Geert Wilders, ha sorprendido a Países Bajos, generando un desafío para formar un nuevo gobierno. Aunque las encuestas anticipaban un ascenso del PVV, indicaban que quedaría en segundo lugar detrás de los liberales de derecha VVD. Sin embargo, los resultados muestran que el PVV obtuvo 35 escaños, quedando tercero en un Parlamento de 150 diputados, mientras que el VVD obtuvo 24 escaños. Ahora, Países Bajos se enfrenta a la tarea de negociar un gobierno, ya que muchos partidos han descartado colaborar con la extrema derecha.
La situación política presenta un escenario complejo, ya que ningún partido tiene una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Aunque el PVV ha logrado el mayor número de escaños, enfrenta resistencia de otros partidos para formar una coalición. Wilders tiene la prioridad en las negociaciones, pero VVD y NSC, que podrían sumar una mayoría, han expresado que no están dispuestos a tenerlo como jefe de gobierno.
Las declaraciones de Frans Timmermans, líder del bloque de izquierdas, indican que no gobernará con la ultraderecha. Si Wilders no logra formar gobierno, la izquierda podría intentar negociar una coalición con el VVD y NSC, además de los liberales de izquierdas D66. Las negociaciones se presentan como un desafío, y la incertidumbre política persiste en Países Bajos tras la sorpresiva victoria de la ultraderecha.
La victoria del PVV, que propone como un referéndum sobre la salida de Países Bajos de la UE (Nexit) y políticas antiinmigración, ha generado preocupación en comunidades musulmanas e inmigrantes. Wilders, por su parte, ha expresado su deseo de ser “el líder de todos los neerlandeses” y buscar soluciones dentro del marco legal y constitucional, destacando temas como la limitación del asilo y el fortalecimiento de la economía.