En un sorprendente e histórico giro de acontecimientos, el Gobierno de Israel ha aceptado formalmente un acuerdo propuesto por el grupo islamista Hamas, con el objetivo principal de asegurar la liberación de 50 rehenes actualmente en la Franja de Gaza. Este acuerdo, que también incluye un cese al fuego de cuatro días, representa un paso significativo hacia la reducción de las tensiones en una región que ha estado marcada por conflictos prolongados.
De acuerdo con fuentes oficiales, el plan negociado permitirá a Hamas liberar a 30 niños secuestrados, ocho madres y 12 mujeres durante el período de tregua de cuatro días. A cambio, Israel se compromete a entregar a 150 prisioneros palestinos. Cabe destacar que todos los miembros del ejecutivo del primer ministro Benjamin Netanyahu votaron a favor del intercambio y de la tregua, con la excepción de los tres ministros del Partido Poder Judío.
Este acuerdo representa un logro tangible tras la comunicación de Hamas sobre su posición respecto al pacto a mediadores de Catar y Egipto. La aceptación por parte del Gobierno israelí llega con la condición fundamental de que se mantenga una pausa en los combates durante el proceso de liberación de los rehenes.
Uno de los elementos cruciales del acuerdo estipula que Hamas deberá proporcionar con un día de antelación los nombres de las personas que serán liberadas. Una vez liberados, los rehenes serán trasladados a Egipto a través del paso de Rafah y, desde allí, llevados a Israel.
Además de la liberación de rehenes, el acuerdo contempla la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Esta asistencia incluye la entrega de alimentos, ayuda médica y combustible, lo que representa un alivio crucial para la población afectada por conflictos y crisis humanitarias.
La tregua temporal de cuatro días, que se espera iniciar el jueves, brindará un período de 24 horas para la presentación de posibles apelaciones a la decisión gubernamental ante la Corte Suprema de Israel.
A pesar de los desarrollos positivos, el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha advertido que este acuerdo no marca el fin de la guerra y que Israel continuará persiguiendo sus objetivos hasta su completa consecución. Este anuncio refleja la complejidad y la cautela que rodean este paso hacia la estabilidad regional, donde la situación sigue siendo delicada y sujeta a desafíos en evolución constante.