Rusia ha hecho una admisión sin precedentes al confirmar la presencia de tropas ucranianas en la orilla oriental del río Dniéper, marcando un punto crucial en la guerra que se desarrolla en el sur de Ucrania. El gobernador designado por Moscú en la región anexionada de Jersón, Vladimir Saldo, reveló que aproximadamente una compañía y media de tropas ucranianas se ha desplegado a lo largo de un tramo que abarca desde el puente ferroviario hasta el pueblo de Krinki.
A pesar de que Saldo ha intentado minimizar la importancia de este avance militar, destacando que Rusia ha enviado refuerzos y que las fuerzas ucranianas están siendo objeto de bombardeos intensos, la admisión de esta situación representa un hito en el conflicto que ha persistido durante 21 meses. . La zona en cuestión, caracterizada por su terreno arenoso y pantanoso, ha sido históricamente de difícil acceso, pero las fuerzas ucranianas han logrado asegurar gradualmente posiciones estratégicas desde finales de octubre.
Analistas y expertos militares han sugerido que, para aún expandir más su control en esta región bajo ocupación rusa, Ucrania deberá desplegar equipos más pesados. Aunque la zona presenta desafíos logísticos significativos, el hecho de que las fuerzas ucranianas hayan consolidado posiciones en Krinki y otras áreas indica un cambio en la dinámica del conflicto.
Si Ucrania logra mantener y fortalecer estas posiciones, podría alterar sustancialmente el equilibrio de poder en el sur del país. Esta área específica del Dniéper ha accionado como la línea de frente desde la retirada rusa de Jersón en noviembre de 2022. Hasta ahora, las autoridades ucranianas han mantenido un nivel significativo de confidencialidad sobre sus operaciones, con el jefe de la administración presidencial ucraniana, Andri Iermak, limitándose a mencionar que las fuerzas ucranianas se han “posicionado en la orilla izquierda del Dniéper”. Este reconocimiento público de Rusia sobre la presencia ucraniana marca un hito crucial en la evolución del conflicto en curso.