La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió una advertencia contundente en relación con los ataques israelíes en la localidad de Yabalia, situada en la región de Gaza. Según el jefe de la Agencia de la ONU para refugiados palestinos, Philippe Lazzari, la situación de los refugiados en la zona alcanzó un nivel de desesperación sin precedentes, evidenciando la gravedad y la magnitud de los ataques perpetrados por el ejército israelí.
En este contexto, se alertó que los ataques en Yabalia podrían clasificarse como “crímenes de guerra” en virtud de las leyes internacionales. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos manifestó su preocupación por la naturaleza desproporcionada de los ataques contra el campo de refugiados, enfatizando la necesidad de una evaluación exhaustiva y justa de la situación.
Los bombardeos realizados por Israel en Yabalia, según informes de Hamás, habrían ocasionado la muerte de al menos 195 personas. Se destaca que la intención detrás de estos ataques era eliminar al segundo comandante de Hamás, una misión que las fuerzas israelíes lograron con éxito, aunque a un costo humano devastador.
En medio del caos y la devastación, una pequeña esperanza surgió cuando el paso fronterizo de Rafah se abrió brevemente, permitiendo que múltiples ambulancias trasladaran a los heridos a hospitales de campaña en territorio egipcio. A pesar de este alivio momentáneo, la situación general continúa siendo desesperada para la mayoría de los afectados.
El propio jefe de la Agencia de la ONU para refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, compartió sus impactantes impresiones tras su visita a la región, señalando que nunca había presenciado una situación tan desgarradora. Según su testimonio, la comunidad en Gaza se encontraba sumida en una profunda necesidad de alimentos y agua, especialmente los niños, cuyas expresiones de hambre y sed conmovieron a Lazzarini y subrayaron la urgencia de una intervención humanitaria inmediata.
Por su parte, las fuerzas israelíes continuaron con su ofensiva en Gaza, desplegando operaciones en la región, que ha estado bajo fuego constante desde el pasado 7 de octubre en represalia por los actos de violencia perpetrados por Hamás. Con un saldo alarmante de 1400 personas fallecidas y más de 230 tomadas como rehenes, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que la contienda sería prolongada y ardua, preparando así el terreno para una posible escalada del conflicto en la región.