Un grupo de alrededor de 5.000 migrantes ha emprendido un viaje este lunes desde Tapachula, situado en el estado de Chiapas al sur de México, con destino a la frontera que separa a Estados Unidos y México, según un informe de Foro TV, una afiliada de CNN.
Según la misma fuente, la caravana tiene previsto pasar por la Ciudad de México antes de continuar su ruta hacia el norte, y está compuesta por migrantes provenientes de diversas regiones como América del Sur, América Central, el Caribe y Asia.
En respuesta a esta situación, las autoridades locales y estatales han ofrecido asistencia a los migrantes, como señaló una publicación de Protección Civil de Chiapas en la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Sin embargo, no se proporcionaron detalles sobre la magnitud precisa de la caravana.
A pesar de los esfuerzos por obtener comentarios adicionales, CNN intentó contactar a la oficina del Instituto Nacional de Migración (INM) en Chiapas y a los organizadores de la caravana, pero hasta el momento no ha habido respuesta.
Estos eventos tienen lugar en un contexto en el que recientemente los gobiernos de diez países se reunieron en México y establecieron un plan integral para abordar las causas fundamentales del incremento de la migración irregular en la región. Esta estrategia se basa en la responsabilidad compartida y la cooperación entre los países de origen, tránsito y destino.
La reunión de un día, que tuvo lugar en Chiapas, contó con la participación de delegaciones de Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, México, Panamá y Venezuela. Durante el encuentro, se acordaron compromisos conjuntos para abordar temas críticos, incluyendo la generación de empleo, el fortalecimiento de la educación, la seguridad energética, la revitalización del sector agrícola, la soberanía alimentaria, así como la lucha contra el crimen transnacional, la corrupción y la trata de personas.
La situación se ve agravada por el reciente reporte de que la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos detuvo a más de 200.000 migrantes en septiembre, quienes cruzaban ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México. Este número marca la cifra más alta registrada en lo que va del año y resalta los desafíos actuales que enfrenta la administración Biden en medio de la creciente ola migratoria en la región.