La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) del gobierno de México reportó un trágico aumento en la cifra de muertos en Guerrero a raíz del paso devastador del huracán Otis. Según la Fiscalía del Estado de Guerrero, se ha confirmado el fallecimiento de 29 hombres y 10 mujeres, elevando el número total de víctimas a 39.
El huracán, clasificado como categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, ha dejado a su paso una devastación significativa, con más de 220.000 viviendas dañadas y un impacto severo en el 80% de los hoteles locales. La evaluación de daños reveló también que 37 líneas de transmisión y 26 subestaciones eléctricas se encuentran fuera de servicio, junto con una central de generación eléctrica, mientras que 10.000 postes de luz han colapsado.
En respuesta a esta crisis, el gobierno mexicano ha implementado el Plan-DNIII-E, movilizando esfuerzos para proporcionar suministros y asistencia a los afectados. Se han distribuido despensas y agua en varias colonias, con la operación continua de cocinas comunitarias y plantas potabilizadoras para atender a miles de personas desplazadas.
Además, se ha llevado a cabo una operación de rescate y evacuación de al menos 200 turistas varados en la región, en colaboración con aerolíneas como Aeroméxico, Volaris y VivaAerobús. Se espera la llegada de un importante cargamento de suministros desde la Ciudad de México para brindar un apoyo adicional a las operaciones de recuperación y socorro.
Mientras tanto, el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex) ha sufrido daños en 27 sensores, lo que plantea preocupaciones sobre la capacidad de alertar en caso de sismos. Por otro lado, se han identificado varios tramos carreteros cerrados debido a caídas de árboles, deslizamientos de tierra y desbordamientos de cuerpos de agua, lo que representa un desafío adicional para las operaciones de socorro en curso. El censo de daños en hogares y negocios en Acapulco ha comenzado para evaluar el alcance total de la devastación.