Akiles Boy
Cansado de la controversia diaria, por salud mental Víctor decidió aislarse de las redes sociales. La revolución tecnológica le traía dolores de cabeza que ya no podía controlar con analgésicos. Había comprado un modesto teléfono móvil, permitiéndose la comunicación más elemental, la que necesitaba. En el fondo, se mantenía aferrado a su acostumbrada forma de vida, en su casa con un ordenador básico era suficiente.
La llamada Era Digital revolucionó su vida, su experiencia en el uso de tecnología analógica de varias décadas, no le evitó sinsabores al migrar el mundo de un sistema a otro. Debía como lo hizo la mayor parte de la humanidad, adaptarse aceleradamente a las condiciones de los nuevos tiempos de la comunicación y la convivencia social, en donde parece se viviera con demasiada intensidad y una competencia feroz.
No hay marcha atrás en este tren de la evolución
Víctor sentía que había entrado de pronto a otra dimensión, en la que todo a su alrededor le era ajeno, distintos mecanismos y códigos para la interacción habitual lo abrumaban. Aturdido y en medio de la desesperación, inútilmente intentaba regresar al pasado que conocía y en el cual se sentía seguro. No hay marcha atrás en este tren de la evolución, si te bajas, adelante es incierto poder abordarlo otra vez.
En este mundo, con una realidad que está agotando la capacidad de asombro del ser humano, siempre ambicioso, avasallante, en constante transformación y cambiando el planeta, de acuerdo con sus necesidades y conveniencia. Hoy es el poder, los negocios, el patrimonio, el dinero, los principales motores que mueven a los grupos sociales.
No hay forma de evadir o escapar de esta agitada dinámica mundial, los pueblos y personas interconectadas en tiempo real, sin barreras geográficas o de otra índole. Los sistemas informativos, sin descanso, dan cuenta de acontecimientos, a los segundos de haber ocurrido, al mismo tiempo que se observan las imágenes de los hechos.
El desarrollo tecnológico, ya se preveía, impactó profundamente la vida en el orbe. El internet y las redes sociales viven su época de esplendor y buena parte de la humanidad está conectada mediante las aplicaciones creadas por grandes empresas de la comunicación. Ni que decir de la velocidad con que circula la información y va almacenándose en los dispositivos móviles, que son las nuevas pantallas personales. Por otra parte, el comercio atraviesa uno de sus mejores períodos de recuperación y bonanza después de la pandemia.
Es difícil predecir el desenlace de esta aventura de los humanos, también sus consecuencias al finalizar. Lo cierto es que estamos en una carretera sin retorno
Los avances en la robótica y más recientemente el uso de la inteligencia artificial en algunos ámbitos, no solo en la ciencia, también en la cultura y otros campos, han sido motivo de preocupación y polémica por sus implicaciones. Los ciudadanos estamos frente a transformaciones inéditas, que marcan nuevas rutas en la evolución del mundo y las sociedades, en la cual se vislumbra un nuevo orden mundial y las nuevas generaciones trabajando en su edificación.
Hasta la próxima.