Columnistas

En los 45 años de la fundación del periódico Punto y Aparte

Por Benjamín Domínguez Olmos

PRESENCIA.

  • Órgano independiente de información, comentario y análisis
  • “Vivir y luchar, vivir para luchar y luchar para vivir”: F. Flores
  • “Uniformidad, dictadura; pluralidad, democracia”, dijo a RHO
  • “Enterar de cuanto sucede, solamente como sucede”: Ranke
  • “Coatepec, arrasada por la irresponsabilidad”, titular de No. 1
  • “2 de octubre no se olvida”: recordarán la masacre de 1968

“Infortunadamente no hay libertad que no clausure, o por lo menos estorbe otras libertades… Puedes convencerme de que estoy equivocado, pero no puedes decir que estoy equivocado sin convencerme”…
-FFC

Un día como hoy, el 2 de octubre de 1978, nació a la luz pública PUNTO Y APARTE bajo la dirección de Froylán Flores Cancela para, como citó en su presentación, sumarse a las publicaciones existentes, en ese entonces, en la capital de todos los veracruzanos.

PUNTO Y APARTE hizo su aparición como fruto de las circunstancias a las que se tuvo que abrazar, con “la aspiración única, e indeclinable, vivir y luchar: vivir para luchar y luchar para vivir”.

Nace como bisemanario, en las rotativas e instalaciones del periódico El Día, en la capital de la República, dirigido en esa época por Enrique Ramírez y Ramírez (periodista, escritor y político mexicano), y a manera de editorial en la primera edición se leía:

“PUNTO Y APARTE emerge como producto de la solidaridad moral que vivifica, que enaltece y a cuya altura y gesto jamás se podrá estar, y del apoyo de un grupo de personas que pensamos en la posibilidad de que, en el encuentro histórico y dentro del marco mismo de la modestia, puede existir un órgano independiente de información, de análisis y de comentario del quehacer cotidiano”.

En la presentación, su director fundador Froylán Flores Cancela escribió:

“Nada que se aparte del entusiasmo que se renueva, del empeño que acera el espíritu y de la imaginación de un puñado de colaboradores -todos ellos de reconocida solvencia ética e intelectual- ha materializado el proyecto que hoy cobra forma y fondo: pretender, si las circunstancias lo permiten, un periodismo que se traduzca en propósitos que animen la crítica. La crítica que propende a la elevación, al esclarecimiento y que, de algún modo, contribuya también en su medida por pequeña que esta sea, a la edificación de una sociedad donde se manifiesten, en lo que de conciliable tengan, la Libertad de Expresión y el Derecho a la Información, factores, como tantos otros, contemplados por la Constitución General de la República, de los cuales, por ningún concepto, se puede ni se debe abdicar”.

Líneas abajo, el director del periódico que se editaría quincenalmente, pero que antes de cumplir cuatro meses se convirtió en semanario, puntualizó:

“Sin esas razones -verdaderas, reconfortantes y plenas de estímulo- no hubiera sido posible la aparición de esta tribuna periodística que, en la dimensión de su tiempo y espacios profesionales, acaso tratará de conseguir, en la batalla que obligadamente va a librar, el tamaño de los problemas que afrontará y los obstáculos que se propone superar”.

Para, enseguida, acotar:

“PUNTO Y APARTE busca, y lo hará siempre en cualquier condición, informar, analizar y comentar el curso de la instantaneidad de nuestros días en el medio que habremos de hacer acto de presencia sin más pretensión que la que (Leopold von) Ranke señalara: enterar de cuanto sucede, solamente como sucede”.

Por cierto, el nombre de Punto y Aparte fue una aportación del doctor Juan Pablo Prom Lavoignet, en tanto que el logotipo fue obra de Alberto Beltrán, ganador de una bienal, autor del retrato que ilustra el retorno a la capital del país del presidente Benito Juárez, que se puede admirar en su Museo en Palacio Nacional.

“Coatepec, arrasada por la irresponsabilidad”, se leía en la cabeza principal del número 1 de PUNTO Y APARTE, que se completaba con el subtítulo: “Costos inflados paralizan las obras de pavimentación”, y la información correspondiente aparecía en las páginas centrales, ilustrada con fotos del coatepecano Jorge Hernández Sánchez, bajo los subtítulos: “Los contratistas llegaron ya”, y otro más que rezaba: “Ni calles para entrar ni calles para salir, ni calles para andar ni calles para vivir”.

La nota, amplia y detallada, daba cuenta que la obra para pavimentar el circuito vial -de la ciudad donde nació la poetisa María Enrique Camarillo y Roa, autora del libro “Rosas de la Infancia”-, que forman las avenidas Constitución, Jiménez del Campillo y Zaragoza; las lluvias habían convertido todo el circuito en el más infernal de los lodazales; que los coatepecanos pasaban las de Caín para atravesar de una a otra acera; amén de que las constructoras contratadas eran propiedad de un alto funcionario de la administración estatal del gobernador Rafael Hernández Ochoa, ei mismo que reconoció en entrevista con el director de PyA que: “uniformidad es dictadura y pluralidad, democracia”, por lo que saludó con beneplácito el nacimiento de este medio de información.

En ese primer número, Ofelia Alfaro, José Luis Melgarejo Vivanco y Manuel Zorrilla Rivera, hicieron, por separado, una evaluación de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968; además se insertaba un trabajo de la redacción sobre lo que ocurría en Jalapa, “Diez años después”, del movimiento estudiantil con el título: “Prisioneros del 68, personajes el 78”.

Raúl Prieto (Nikito Nipongo) daba una exclusiva y, luego nos ilustraría con su sección Perlas Japonesas; el artista gráfico Alberto Beltrán colaboró permanentemente hasta antes de fallecer con un cartón político; Sergio González Levet firmaba una entrevista realizada al escritor Huberto Batis.

Participaron también en el número 1 de PUNTO Y APARTE: Angel J. Hermida Ruiz, Carlo Antonio Castro, Marcelo Ramírez Ramírez, Pedro Coronel Pérez, Raúl Ladrón de Guevara y Rafael López; así como las columnas Casi a la medida, de Federico Ferreiro Castelar (Froylán Flores Cancela); De deporte, de Ulises A. Marte (Homero Guerrero Alvarado) y Presencia, de quien esto escribe. Enrique Cerón Morales, como corrector de estilo e Ismael Medina, en el diseño completaron el grupo fundador.

El bisemanario daba cuenta también de la primera visita de un Presidente, José López Portillo, a Espinal, enclavado en la sierra de Papantla; del reconocimiento de la primera dama Carmen Romano de López, a la obra del DIF Veracruz que presidía Teresa Peñafiel de Hernández. De una entrevista a un benefactor de Jalapa, el empresario Justo F. Fernández; de la visita a Veracruz del entonces secretario general del CEN del PRI, Gustavo Carvajal Moreno; y de la inauguración del Hotel Xalapa, a cargo del secretario de Turismo Guillermo Rosell, con la representación presidencial, entre otras informaciones.

Para el número 2, se anunciaban colaboraciones exclusivas de Francisco Martínez de la Vega, del caricaturista jalapeño Helio Flores, Manuel Maples Arce, Jorge Rufinelli, Dolores Plaza, Carlos Juan Islas, Rafael Junquera y aparecería la primera columna del subdirector Leobardo Chávez Centeno.

PUNTO Y APARTE, a 45 años de su fundación, continúa vigente manteniendo una línea editorial plural y crítica, donde conviven las más disímbolas plumas, ahora diariamente en las red: https://puntoyaparteonl.com

Comentarios a vuela pluma

Un día como hoy, también hace 45 años, ocurrió la masacre de Tlatelolco, como se les conoce a los hechos del 2 de octubre de 1968 durante un mitin llevado a cabo por estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en la Unidad Habitacional Nonoalco-Tlaltelolco, en la Ciudad de México. Dicha concentración se llevaba a cabo en el contexto del movimiento estudiantil que había estallado el 22 de julio de 1968 debido a la represión de estudiantes por parte de las fuerzas policiacas del Gobierno del Distrito Federal y de elementos militares, tras una riña entre alumnos de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional y de la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México. Los asistentes al mitin fueron atacados por elementos del Ejército y miembros del grupo paramilitar denominado “Batallón Olimpia”, el cual, se sabría años después, era conformado por miembros del Estado Mayor Presidencial. Días después del ataque, el gobierno, a través de los medios de comunicación, afirmaba que las fuerzas gubernamentales habían sido provocadas por los manifestantes que les disparaban. Sin embargo, los documentos oficiales publicados desde el año 2000 sugieren que los tiradores habían sido empleados por el gobierno de la Ciudad de México. Este día. como todos los años posteriores a estos trágicos acontecimientos, grupos estudiantiles y organizaciones de izquierda realizarán marchas y mitines para recordarles a las autoridades que el “2 de octubre no se olvida”.