La inflación en Argentina durante el mes de agosto alcanzó el 12.4%, marcando su nivel más alto desde febrero de 1991. Este dato fue proporcionado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumula un aumento del 124.4% en los últimos 12 meses y del 80.2% en lo que va del año, situándose entre las tasas de inflación más altas del mundo.
El rubro más afectado por el aumento de precios fue el de alimentos y bebidas no alcohólicas, que experimentó un incremento del 15.6%. Este incremento se debió en gran parte a los aumentos en los precios de las carnes y sus derivados, así como de las verduras, tubérculos y legumbres.
Las carnes, especialmente la carne molida común, mostraron alzas de más del 30%, llegando a un aumento del 39.4% en agosto. Los cortes de carne de mayor calidad también experimentaron incrementos significativos.
Este aumento de la inflación ha tenido un impacto negativo en la vida cotidiana de los argentinos, quienes enfrentan dificultades para llegar a fin de mes y se ven obligados a hacer malabares financieros para sobrevivir.
El ministro de Economía, Sergio Massa, atribuyó el deterioro económico de agosto a la devaluación del 21% del peso argentino el 14 de agosto, que fue acordada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como parte de un programa de desembolsos de crédito de 44 mil millones de dólares. Este proceso desencadenó un aumento generalizado de los precios en medio de las elecciones presidenciales que se celebrarán el 22 de octubre, donde los candidatos opositores prometen aplicar medidas de austeridad fiscal para estabilizar la economía.
Argentina ha experimentado episodios de hiperinflación en el pasado, especialmente en 1989 y 1990, cuando la tasa de inflación anual alcanzó el 3,079% y el 2,314% respectivamente. Estos eventos llevaron al país a adoptar el modelo de “convertibilidad” que, aunque logró reducir la inflación a un solo dígito, también tuvo consecuencias negativas, como un aumento de la deuda en divisas y una recesión económica que culminó en la crisis política de 2001 y la devaluación del peso en 2002.