Exagentes del FBI revelan cómo los protocolos y la colaboración han transformado la lucha contra el terrorismo.
Este 11 de septiembre marca el vigésimo segundo aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, un trágico episodio que cambió para siempre la forma en que el país aborda la seguridad nacional. Dos exagentes retirados del FBI, Nelson Barbosa y César Paz, quienes jugaron un papel vital en la investigación de estos ataques, ofrecen una perspectiva única sobre cómo han evolucionado los protocolos de seguridad y la colaboración entre agencias de inteligencia en las dos últimas décadas.
En declaraciones a la Voz de América, Nelson Barbosa señala que estos atentados, perpetrados por 19 terroristas de Al Qaeda que secuestraron cuatro aviones comerciales, marcaron un punto de inflexión en la forma en que se aborda la seguridad en Estados Unidos. Barbosa, quien sirvió en el FBI desde 1990 hasta 2014, explica que hoy en día, todas las agencias de inteligencia trabajan de manera conjunta y continua, monitoreando cualquier indicio de posibles actos terroristas. Antes de los ataques del 11-S, no existía un protocolo sólido para la comunicación y colaboración entre estas agencias.
César Paz, otro exagente especial retirado del FBI, comparte una perspectiva similar y destaca que, tras los ataques, se aprendieron valiosas lecciones sobre cómo compartir información delicada sin poner en riesgo la seguridad nacional. Esto condujo a la implementación de un protocolo conjunto que involucra a todas las agencias federales de seguridad, algo que no estaba en vigor antes de los ataques.
Ambos exagentes recuerdan el caos y la intensidad del trabajo realizado durante los días posteriores al 11 de septiembre, cuando se trabajó incansablemente para recopilar información y detener a los responsables. A pesar de que han pasado más de dos décadas, las amenazas terroristas aún persisten, con grupos como Al Qaeda que mantienen su compromiso de llevar a cabo actos de terrorismo.
Sin embargo, las amenazas no se limitan al terrorismo. Los exagentes Barbosa y Paz destacan la creciente influencia de China y Rusia en América Latina, así como la preocupación por la entrada ilegal de personas a través de la frontera sur de Estados Unidos. Ambos enfatizan la necesidad de controlar adecuadamente estas situaciones y permanecer vigilantes ante las amenazas actuales.
En resumen, el 11 de septiembre de 2021 es un recordatorio de cómo los ataques del 11-S cambiaron la seguridad nacional en Estados Unidos y llevaron a una mayor colaboración entre agencias de inteligencia. A pesar del paso del tiempo, la lucha contra el terrorismo y otras amenazas continúa siendo una prioridad para el país, y la vigilancia constante es esencial para mantener la seguridad de la nación.