Una marcha convocada por un pastor cristiano en Haití se convirtió en una tragedia cuando pandilleros abrieron fuego, resultando en siete personas muertas, varios heridos y secuestrados en Canaán, al norte de Puerto Príncipe.
El pasado sábado 26 de agosto, un ataque perpetrado por una banda armada en Haití dejó al menos siete personas fallecidas, más de diez manifestantes heridos y un número desconocido secuestrados. El ataque tuvo lugar durante una manifestación convocada por un pastor cristiano en Canaán, una zona bajo el control de un grupo armado dirigido por un individuo conocido como Jeff, que ha estado desafiando constantemente a la Policía Nacional.
De acuerdo con informes locales, al final de la protesta, miembros de la banda armada dispararon contra los manifestantes, quienes eran seguidores de un pastor llamado Marcko. Este pastor había convocado la marcha con el propósito de poner fin a las actividades de pandillas que aterrorizan a la población.
Cientos de personas se habían unido a la protesta, la cual se originó en la iglesia liderada por Marcko. Aunque algunos participantes llevaban camisetas de la congregación y armas improvisadas como machetes y palos, estas armas resultaron ineficaces ante el ataque de las bandas criminales.
La cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas, según medios locales, que califican el incidente como una masacre perpetrada por la banda armada conocida como Canaan.
Videos del incidente se volvieron virales en las redes sociales, mostrando a personas tendidas en el suelo y heridas. Una voz en off, atribuida a uno de los miembros de la banda, se atribuye el ataque.
Los manifestantes eran identificados como miembros de la Iglesia Piscine de Bethesda, dirigida por Marcor el Zidor y ubicada al norte de la capital haitiana.
Después del trágico suceso, diversas voces han instado a la Policía Nacional de Haití a tomar medidas inmediatas contra el pastor que convocó la marcha.
En los últimos meses, las bandas armadas han retomado sus actividades en varias partes del país, incluyendo Artibonite y Puerto Príncipe. Esto ha generado terror en la población y ha expuesto la incapacidad de las autoridades para controlar la situación, a la espera de la intervención de una fuerza multinacional.