Uncategorized

Xóchitl se la juega sin nada que perder

Por Ángel Álvaro Peña

La senadora Xóchitl Gálvez asistió a la Fiscalía General de la República a conocer los delitos que se le imputan y ponerse a la disposición de las autoridades sobre el caso. Pidió una copia de la tarjeta de investigación y seguramente le será proporcionada en unos días.

La senadora asistió con la tranquilidad que le otorga su inocencia. Deberá demostrar que todo lo que dijo el Presidente sobre sus delitos es mentira, lo cual representaría un duro golpe para el Jefe del Ejecutivo, que sin duda podría desgastar su imagen, aunque en una lucha entre desiguales quien pierde más es el que más alto está. Aunque la palabra de la senadora ha estado en más de una ocasión en entredicho.

Además de los dichos del presidente Xóchitl Gálvez está demandada por el diputado de Morena, Manuel Alejandro Robles; el ex líder de Frenaa, Gilberto de Jesús Lozano González; y el ex delegado de Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo.

Asistió tanto a la FGR, que encabeza Alejandro Gertz Manero, como a la Fiscalía Especializada en Materia de Corrupción que dirige María de la Luz Mijangos; y a la Fiscalía General de la Cuidad de México, que encabeza Ernestina Godoy Ramos, con la misma petición.

Nadie acompaño a la senadora, llegó en su bicicleta con los oficios que solicitaban los datos y esperó. Nadie que deba algo asiste de esa manera a responder, a dar la cara ante la justicia. A menos que se trate de ser una persona temeraria, que sin duda lo es.

Ni siquiera la acompañó su abogado Eduardo Aguilar Sierra, quien fuera representante del PAN ante el INE, y actualmente es Consejero Jurídico de la gobernadora panista de Aguascalientes, Tere Jiménez, así como abogado personal de Ricardo Anaya.

Es un hecho que Xóchitl debe pelear para defender la inocencia que asegura tener en este proceso para la candidatura del Frente Amplio por México hacia la Presidencia de la República, que es en teste lío lo único que puede perder y si ella sabe que, de todas maneras, la sacarán de la jugada, quiere hacerlo peleando.

Su trabajo para lograr lo que se propone se muestra como un claro ejemplo de que el que se llamó sexo débil por muchos años. No lo es.

Sin duda se trata de un proceso legal que llevará tiempo esclarecer, pero cuyos resultados terminarán por descalificar a alguna de las partes, ya sea el Presidente de la República o la senadora, que se enfrenta a una serie de intereses políticos, económicos y sociales, que deberá superar. Habrá desprestigios que lamentar sin duda.

Ella nada tiene nada que perder en su lucha contra el Presidente, hace un par de meses Xóchitl no era más que la parte divertida del Senado.

Al asistir a las fiscalías se ampara en su fuero, pero su problema adicional es que sus cómplices son su esposo y sus hijos, que no tienen fuero.

La frase repetida, prácticamente todas las mañanas en la conferencia matutina, de no mentir, no traicionar y no robar, podría quedarse coja si se muestra que López Obrador mintió, claro, que, si se demuestra lo contrario, habría que desaforarla en su camino hacia la candidatura y rescatar a alguno de sus compañeros que ahora se muestran resignados por la presencia de una mujer que se les adelanta.

Dentro del Frente, Xóchitl tiene dos grandes temas que resolver, el primero, juntar las 150 mil firmas de apoyo y, aunque afirme que ya tiene 300 mil, falta que el INE y su partido las valide. Lo otro, es terminar con la guerra interna dentro de la alianza opositora en su contra, principalmente en su partido donde parece tener más enemigos que en otro lado.

La mentira vuela alrededor de los dos actores principales en este pleito. El Presiente o la senadora deben ser señalados como mentirosos, o ambos, pero poquito.

PEGA Y CORRE

La oposición empieza a ver los libros de texto gratuitos con lupa, ahora dicen que no habla del INE y así seguirán cuestionando un regalo de las autoridades educativas a los niños, que siempre intentó sabotear el PAN, desde hace más de medio siglo. Saben de la trascendencia de la educación, y por ello la atacan. Nunca oposición alguna criticó ni demandó sus contenidos, ahora algo temen.