En lo que va del año, más de 2 mil migrantes han sido capturados en territorio veracruzano, enfrentando operativos cada vez más frecuentes, mientras las rutas hacia Estados Unidos se tornan más peligrosas. Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), entre los detenidos se encuentran al menos 335 menores no acompañados, lo que los hace especialmente vulnerables.
El pasado lunes se registró un caso reciente, donde el INM encontró a 256 migrantes en Paso del Toro, Veracruz, la mayoría de ellos sufriendo de deshidratación, ya que fueron abandonados en la caja de un tráiler.
Representantes de albergues para migrantes, como la Casa para el Pan del Migrante y la Casa del Migrante Santa Faustina Kowalska, han corroborado que el flujo migratorio no ha disminuido y sigue en aumento, incluso con los esfuerzos de las autoridades para frenar su paso hacia Estados Unidos.
Las rutas utilizadas por los migrantes han cambiado debido a los operativos, obligándolos a tomar caminos más peligrosos en áreas como Tabasco y Oaxaca, donde la vigilancia es menor. Esta modificación de rutas conlleva riesgos significativos, ya que muchos migrantes se aventuran por senderos poco transitados y peligrosos en su búsqueda por llegar al norte.
A pesar de los operativos encubiertos y los llamados “rescates humanitarios” realizados por las autoridades para detectar y detener a los migrantes, el flujo migratorio continúa y las condiciones de vulnerabilidad para ellos persisten. Los migrantes siguen enfrentando obstáculos y riesgos en su búsqueda por una vida mejor, y los esfuerzos de las autoridades aún no han tenido un impacto significativo en su viaje hacia el norte.