OPINIÓN
Inició la presente semana con un muy lamentable hecho en una de las estaciones migratorias que tiene el Instituto Nacional de Migración (INM), en Ciudad Juárez, en el norteño estado de Chihuahua.
Evento que tuvo como resultado la muerte de entre 38 a 40 migrantes que se encontraban en calidad, de no se sabe qué, en la citada estación prisión del INM –ya que estaban tras las rejas– en un salón en la citada instalación y vigilados por personal que en los videos que se han podido conocer, tienen diferentes uniformes.
El lamentable fallecimiento de estas personas, así como el que entre 28 a 30 más hayan sufrido graves lesiones, se debió a un incendió que hasta el momento de redactar la presente (jueves 30-marzo-23), no se conocen las verdaderas causas de qué o quién lo inicio. Pero lo que sí se conoce, es que los vigilantes de estos migrantes, no solamente no les prestaron atención en cuanto a la ayuda que les solicitaban, sino lo más grave, se fueron y los dejaron encerrados, bajo llave, dentro del lugar en llamas. Lo que tuvo como consecuencia los resultados que se conocen.
Desde hace aproximadamente 4 años, México se convirtió en un territorio no solamente de paso de habitantes de algunos países de Centro y América del Sur, hacia los Estados Unidos en busca del llamado “sueño americano”. Y durante los últimos 3 años, también en un lugar de destino de estos latinoamericanos, que al no poder pasar al vecino país del norte, por diversas razones, tienen que aguardar algún tiempo en México, sino son deportados, con la esperanza de lograrlo algún tiempo después. Situación que ha provocado un grave problemas para el país, ya que en la actualidad son aproximadamente entre guatemaltecos, hondureños, salvadoreños, nicaragüenses, colombianos, ecuatorianos, venezolanos, haitianos, algunos europeos y africanos, aproximadamente un poco más de 2 millones y medio de migrantes.
Situación la citada para la que no estaba preparado el INM y el gobierno de México y que se refleja no solamente en el lamentablemente hecho de Ciudad Juárez, sino en algunos otros que se han presentado con antelación, también relacionados con migrantes.
Pero independientemente de la falta de capacidad para poder atender una situación así, de la que tiene la principal responsabilidad la actual administración federal, por no destinar los recursos suficientes. Lo que debe ser de interés de los mexicanos, por la gravedad del asunto, es que se investigue a fondo en quien o quienes recae la responsabilidad de lo sucedido.
Por el momento en una muy cuestionada “Conferencia de Prensa” la titular de la Secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC), acompañada de otra servidora pública, informó que había 8 detenidos, que seguramente son personal que estaba en la estación-prisión del INM de Ciudad Juárez, lo que es indicativo que como siempre en casos de investigaciones políticas de alto nivel, “el hilo siempre se revienta por lo más delgado”. Pero esto es solamente el inicio de la indagación. Estos son trabajadores que solamente reciben órdenes, no son quienes toman las decisiones. Lo realmente importante es llegar a conocer a los responsables de la situación por la negligencia en la toma de decisiones y la omisión en el actuar. Como el conocer quien contrato a la empresa que desempeñaba las funciones de seguridad en las instalaciones, lo que no era necesario, ya que en México tenemos una muy eficiente Guardia Nacional. Pero ahora está saliendo a la luz pública, que esta empresa de seguridad es de un empleado del gobierno de Nicaragua. Por lo que será muy interesante conocer quien ordenó su contratación y obedeciendo a qué o a quién.
Como es del conocimiento de los mexicanos, el INM forma parte del organigrama de la Secretaría de Gobernación, que tienen bajo su responsabilidad Adán Augusto López, quien en cuanto supo de la implicación del INM en estos lamentables hechos, hizo del conocimiento público, qué por un convenio dentro de la administración pública federal, desde hace algún tiempo, la operación del INM, está a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que encabeza Marcelo Ebrard Cassaubon. Con lo que se quitó toda la responsabilidad y se la pasó a su “compañero” de equipo de gobierno.
Personajes los dos, que forman parte de la trilogía que Andrés Manuel López Obrador destapó hace poco más de un año, como posibles aspirantes (corcholatas) a la candidatura del Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena), por la Presidencia de la República para el periodo 2024-2030, conjuntamente con la corcholata principal Claudia Sheinbaum. Razón por la que, estas tres corcholatas, con la bendición de su guía espiritual y violentando las legislaciones electorales, también desde hace más de un año, andan en abierta campaña electoral. Lo que como es de esperarse, no les permite atender las obligaciones que tienen y por las que cobran unos extraordinarios salarios, mayores que el Presidente. Razón o razones por las cuales, tanto Adán como Marcelo no pudieron atender todo lo relacionado con los asuntos migratorios que suceden en México, desde hace ya más de un año. Tendrán alguna responsabilidad. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el martes.
